Si el mundo globalizado tiene sitio para dos «damas de hierro» se verá desde el próximo día 31, con la toma de posesión de la Reserva Federal americana por Janet Yellen, millonaria keynesiana que no cree en los austericidios para proteger el capital, sino en las políticas de estímulo para el crecimiento. Es decir, lo contrario de la «kaiserin» Merkel, nada millonaria -que se sepa- y curiosamentre adscrita a la Escuela de Chicago. En apariencia, lo único que comparten son todas las vocales de sus nombres y apellidos. Pero es una analogía precaria para descartar el choque de trenes en los encuentros del G8, el G20 y todos los foros «ad hoc». Obama ha tenido graves dificultades con el gobernador Bernanke para mantener las políticas expansivas que cree imprescindibles, aún a riesgo de inflación. Y la señora Merkel tendrá que ver la inflación creativa con mirada del siglo XXI, libre del «complejo Weimar» que dio vida al nazismo. De hecho, la radicalización nacionalista renace ahora de las ruinas de la confianza en la política y los políticos que imponen a la gente sacrificios desmesurados.

Si las fuerzas encontradas no se moderan entre sí, va a ser que, en lugar de una, habrá dos «troikas»: la de inspiración europea, con Berlín y Francfort (Banco Central) en cabeza, y la de influencia americana, con la nueva gobernadora del Tesoro, el FMI y el Banco Mundial como «reguladores» de facto. La influencia de los últimos en una parte de la UE, concretamente la británica, es de sobra conocida, y tal vez le venga bien a Cameron para avenirse a los dictados de la economía expansiva, aliviando los ajustes que a punto están de dejarle en minoría parlamentaria por deserción de los aliados liberales, cuyo primer aviso ha sido muy serio. Pase lo que pase, tendrá el mayor interés observar cómo inflexionan las doctrinas impuestas a la Europa mediterránea como si fueran las únicas posibles para evitar los cracs nacionales. Nada es único más allá de la ideología con fuerza de imponerlo. Merkel tendrá en la «gran coalición» con los socialdemócratas el pretexto idóneo para virar cuando se lo exija la mayoría global.

Entretanto, parece prudente poner sordina al campaneo del «bajón» del desempleo y de la prima de riesgo españoles por efecto de los deberes presuntamente bien hechos. La Encuesta de Población Activa dirá el próximo día 23 la palabra definitiva frente al índice de paro registrado que ahora ensalzan pese a sus muchas vertientes interpretativas. Y si la prima baja del índice 200, conviene recordar que en 2004 estaba en el 4 y que la deuda a 10 años con interés del 3,80% está en Japón (que aún no ha superado su crisis) en menos del 1%. España es buena pagadora de los intereses a costa de los inacabables recortes internos, y de ahí el clima de tranquilidad que difunden con evidentes cuotas de artificialidad. El mundo desarrollado va a oscilar entre las decisiones de dos damas, a las que se añaden en el emergente nombres como el de las socialdemócratas presidentas de Brasil y Chile. Muy interesante.