El problema del uso político de algunos elementos técnicos de la administración es que cuando se descubren cantan a la legua. Más allá de la discusión estéril de si política o tecnocracia, hay cosas que por mucho atril, photoshop, discurso prototipado o insulto original se destapan leyendo el boletín oficial con un lápiz y una calculadora.

Emasa ha subido el agua y punto, que la responsabilidad es del alcalde no cabe duda, pues es el presidente del consejo de administración y como tal responsable de lo que se decide desde el mismo. Buscar argumentos del tipo de si derrocha el alcalde más con sus numerosas malas decisiones y compararlas con nuestras duchas es bastante inútil y además de mezclar churras con merinas, es contraproducente pues es un argumento político sobre buenas o malas decisiones. Es más fácil, basta coger el boletín de la provincia nuevo y el antiguo y comparar tarifas. En algunos casos y gracias a la acertada decisión de cobrar el agua por persona se va a cobrar menos, pero en otros muchos por falta de información del padrón se va a cobrar más, está bastante claro haciendo cuatro sumas.

Otros aspectos se han quedado solapados por argumentos tan imaginativos como convertir el agua en un impuesto social, de modo que una ducha de duquesa sea más cara que mi propio baño de cuerpo entero, entre esos ocultos cambios aparece que si además de Emasa usas otra fuente de abastecimiento pagas bastante más cara el agua, una forma extraordinariamente soviética de quitarte a la competencia de un plumazo además de, nuevamente para muchos usuarios, subir los precios. Podemos argumentar desde la barra del bar con bilis y retorcida memoria contra quienes deciden nuestro destino o coger el BOPMA o el BOJA, echar cuentas y sacar a la luz con datos objetivos, nos sorprenderíamos de lo que seríamos capaces de aprender y denunciar.