Ed Milliband, líder del Partido Laborista británico, trabaja en crear un «nuevo capitalismo». Los laboristas son lo que aquí se llama socialistas. Parecería que estarían más preparados para crear un «nuevo socialismo» pero ya no se sabe desde la tercera vía de Tony Blair, el millonario católico sionista que es uno de los máximos responsables del terrorismo vigente en Irak. Milliband se está dando cuenta de que desaparecen las clases medias y que la economía de los países se recupera pero la de los paisanos, no. Haber logrado que los ricos no paguen impuestos y que el Estado recorte de políticas sociales, favorecer la concentración de la riqueza y dificultar la redistribución, produce una atmósfera letal para la clase media.

El líder laborista cree que algo tienen que ver las empresas energéticas, la banca y los grandes sectores económicos sin competencia, tres sospechosos habituales, señalados en todas las ruedas de reconocimiento, pero en libertad. En más libertad cada vez. Con esos enemigos va a ser muy difícil hacer algo que se pueda llamar nuevo capitalismo. Aún se está a la espera de la refundación del capitalismo que prometió el derechista Sarkozy entre el estruendo de última catástrofe económica.

Ya que nadie va a usar otro nombre que no sea «capitalismo» para un programa político redistributivo, lo mejor sería que se buscaran un nuevo nombre para lo actual. Algo más rotundo que «neoliberalismo salvaje», porque salvaje no les importa, neo les gusta y liberalismo ha ampliado tanto su campo semántico que en España, carcas de los que antes usaban liberal como sinónimo de ateo, puta y maricón ahora se definen como liberales sin perder un pelo de integrismo, machismo y homofobia. Provisionalmente -y sin que salga de aquí- propongo «capitalismo de rostro babuino» por su dentición, dieta omnívora y agresividad. De culo babuino también sirve.