Querido Pepe Pozas: Viendo tu cara de alegría e ilusión el miércoles cuando viniste a despedirte de todos, es imposible no sentirme feliz por tu fichaje por CB Valladolid. Solo tú sabes lo duro que hemos trabajado estos dos años para esto, que te llegara una oportunidad. Y, claro está, esa oportunidad llegó porque lo mereces. Para empezar, para mí ya has triunfado porque demuestras con esta decisión que tomas que eres un valiente y eso ya me emociona, porque siempre hemos intentando transmitiros que en esta vida y en este mundo del baloncesto hay que serlo. Y que los que toman decisiones se equivocan pero sólo los valientes triunfan.

Ahora falta cumplir con el segundo objetivo que nos marcamos, que no es otro que aprovechar esta oportunidad. Y para eso sólo tienes que cumplir los cinco puntos que tantas veces hemos hablado. Presiona como un cabrón y a todo el campo como aquella última defensa a Sergi Pino contra Melilla; no pierdas balones; tira con confianza cuando estés sólo como aquel play off en Castellón que anotaste cinco triples; juega pick and roll leyendo la defensa como tanto hemos trabajado; y deja solos a otros compañeros y dales el balón como has hecho tantas veces con Dejan Todorovic.

Debes cumplir estos cinco puntos porque esos cinco puntos definen a Pepe Pozas. Eso eres tú. Si alguno de ellos se te olvida, te estás fallando a ti mismo. Pero si siempre los tienes en cuenta, vas a triunfar y vas a hacerte con un sitio en esa Liga ACB.

Habrás recibido muchísimos mensajes, whatsapps y tuits. Muchos estarán escritos desde el cariño. Nunca los olvides (seguro que Gus habrá echado alguna lagrimita, que él siempre creyó en ti). Otros los escribirán gente interesada que ahora se apuntarán al carro de esta oportunidad, pero estarán esperando a comprobar si triunfas o no para decir «ya lo decía yo que se iba a estrellar» o «yo ayudé mucho a Pepe a ser lo que es» (con la boca pequeña). Para nosotros ya has ganado, y te queremos como eres, con tus defectos y tus virtudes, y te hemos apoyado, te apoyamos y te apoyaremos siempre porque creemos en ese niño (para mí siempre lo serás) con carácter de hombre capaz de meter un tiro desde el centro del campo, hacer el payaso cuando necesitábamos reír o defender a cualquiera de sus compañeros a capa y espada demostrando que eres eso, un compañero con un corazón enorme.

Por nosotros no te preocupes. Todos estamos contentos por ti y también porque es la demostración de que algo de lo que hacemos está bien. Todos vamos a trabajar más duro ahora si cabe porque todo esto significa que vendrán más oportunidades para otros compañeros.

Te engañaría si te dijera que no te echaremos de menos. Ahora no sé quién me traerá gominolas en los viajes de autobús, no sé quién organizará esas cenas de equipo en restaurantes selectos de Málaga, quién hará tonterías cuando me estén entrevistando a ver si consigue que me ría delante de la cámara o quién será el compañero de Luis en las payasadas de las mañanas. Por cierto, Luis está un poco triste pero no te preocupes que lo arroparemos para que se le pase el mal rato de echarte de menos. Ahora duerme en la habitación con Richi, que ya sabes que lo tendrá alerta metiéndole caña? ya los conoces. Seguro que otro compañero vendrá a intentar crecer con nosotros y sumar para el equipo. Pero nadie te podrá sustituir. Es imposible, porque como tú no hay ninguno. Eres diferente y único.

Estos días en A Coruña han pasado por mi cabeza muchos recuerdos, como aquel campeonato de España que ganamos en Cáceres cuando eras un niño o tantas veces que te he gritado cuando perdías un balón o no presionabas como quería. Y sólo puedo decirte que gracias, gracias por jugar para mí, gracias por darlo todo siempre, gracias por mirarme con atención cuando te corregía, pero sobre todo, gracias por creer en mí.

No hace falta que te diga que ya sabes donde estoy cuando necesites algo, sea lo que sea. Y nunca se te olvide ser tú mismo, no cambies porque aunque eres un enano eres muuuuy grande. Sólo debes ser Pepe Pozas dentro y fuera de la cancha, como siempre. Te quiero, Pepe.

Firmado: Tu entrenador.