El Ayuntamiento de Málaga incluye anualmente en sus partidas presupuestarias municipales el concepto «multas por infracciones de la ordenanza de circulación (específicamente)», previendo de esta forma lo que las arcas municipales ingresarán (también específicamente) por las infracciones de tráfico que malagueños y visitantes cometerán (el tiempo verbal futuro es empleado correctamente) durante dicho ejercicio en su término municipal.

Si esto sólo se considerase como una mera «estimación» aproximada de los ingresos que se presume pudieren tener lugar por dicho concepto podría resultar hasta entendible; habida cuenta, como es obvio, que existen infractores a las normas de circulación y las sanciones para los mismos son pecuniarias. Pero hete aquí, que en lugar de lo anterior, ésta se contempla como una partida de entrada de dinero más, sin que pueda alcanzarse racionalmente a comprender el por qué se llega a «adivinar» o establecer el montante que por éstas, con carácter previo al cómputo final de aquéllas, acabará recaudándose.

Como las cuentas municipales son públicas, pueden comprobarlo ustedes mismos: se presupuestaron como ingresos por multas de tráfico, 9.979.500 euros en 2010; hubo un enorme salto cuantitativo hasta 14.050.810 euros en 2011; y un larguísimo salto con pértiga hasta superar los 17 millones de euros en 2012 y 2013 (17.860.980€ y 17.588.410€, respectivamente); hasta que se fijó una cantidad de 17.369.390 euros para el año 2014, a la que deben sumarse -no se olvide tampoco-, «otras multas» (por infracciones a la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, etc€), con cuyo montante, también «previsto» de antemano, 458.979€, resulta un total de 17.828.369 euros.

Un incremento nada más y nada menos de un 70%, precisamente en estos últimos 4 años, en los que la crisis económica se ha cebado con especial ahínco en los malagueños y sus economías.

Casi tres mil millones de las antiguas pesetas. Eso es lo que nuestro Ayuntamiento ha presupuestado y da por hecho que «tiene que recaudar» este año en multas de circulación.

¿Qué les parece? Pregunto. Sobre todo teniendo en cuenta que:

Primero, tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Seguridad Vial en 2010, las cuantías de las sanciones para las infracciones leves, graves y muy graves quedaron fijadas por la Administración General del Estado, unificándose para todos los municipios, y se acabó con las horquillas de sus importes para una misma infracción.

Y, segundo, en el último cuatrienio, el número de denuncias totales emitidas por la Policía Local bajó en casi 60.000 boletines desde 2010 a 2012, aunque con el leve aumento de 2012 a 2013, dicha disminución quedara finalmente en torno a 50.000 (que no es poco el descenso en infracciones).

Lo lógico pues, tirando de estadística, hubiera sido que las cuantías presupuestadas y anticipadas como «ingresos por multas», lejos de ir aumentando exponencialmente, hubieran ido bajando cada año, en consonancia con lo anterior, al ir consiguiéndose una mejora del comportamiento de los conductores malagueños que es lo que se supone, ha de ser el deseo y la finalidad última de este Ayuntamiento.

De ahí que el Consistorio no pueda ampararse en ningún mayor incumplimiento de las normas de tráfico por los malagueños para justificar tal previsión de ingresos, fijada además con una exactitud pasmosa, y en una cuantía cada año mayor.

Otra cosa es que, para cuadrar dichas cuentas; estando disminuyendo como estaban, el número de denuncias interpuestas (y con ello el dinero obtenido por dicha vía); y siéndole necesario recaudar tan desorbitada cantidad, es por lo que el Consistorio decidiera sacar adelante la «brillante idea» del llamado «carné por puntos» en virtud del cuál (recuérdese mi anterior columna en este periódico Auctoritas versus Recaudación) se «premiaría» a los agentes de «boli fácil» con una más beneficiosa asignación de turnos de vacaciones, condiciones de promoción interna, posibilidad de realización de cursos, etc; precisamente motivando la imposición de multas.

De ahí que, éstas, insisto una vez más, estén pasando de ser un medio sancionador o de prevención, a un fin en sí mismas para alcanzar esos 17.828.369 euros que este Ayuntamiento como objetivo anual se ha puesto, y tiene que cumplir si quiere que medianamente le salgan las cuentas.

Y esto no puede ser. No se puede estrujar aún más al ciudadano -y hay que plantarse ya- para que ahora también con las multas de tráfico, además de catastrazos, subidas de agua, de plusvalías, eliminación de plazas públicas de aparcamiento sustituidas por las llamadas zonas azules de pago y aparcamientos municipales, también de pago; vengan a sostener un desastroso modelo económico municipal en el que el derroche, los proyectos millonarios fallidos, los sobrecostes municipales en obras públicas, etc, ya se han convertido, desde hace muchos años, en carta de naturaleza y seña de identidad.

@ManuelHuertas75