Formación obsoleta. Miguel A. Fernández, Málaga

El Ayuntamiento de Málaga realiza diversas acciones formativas para luchar contra el desempleo. El año pasado formé parte de los cursos incentivados del proyecto Boreal del IMFE, los cuales tienen compromiso de contratación. Por mi esfuerzo y mi trayectoria, tuve la suerte de ser uno de los alumnos que accedió a dichos empleos, todos de media jornada por una duración de tres meses.

La sorpresa viene después, cuando te das cuenta de que estos cursos son puro teatro que solo sirven para que el Consistorio y/o la empresa pueda presumir de qué maravillosos son y cómo generan empleo, cuando la realidad luego es diferente. En mi caso, el programa del curso no se correspondía con lo que aprendí, y no solo eso: me formaron, a mí y a mis compañeros, en un lenguaje de programación informático obsoleto que ya no se demanda en el mercado. Pero dicho lenguaje es el que usa la empresa formadora, en la cual luego acabaría trabajando. No te forman para acceder a un mercado laboral, sino para una empresa concreta que trabaja a contracorriente.

Cuando finalizó mi contrato y el de los demás alumnos elegidos por el compromiso, todos nos fuimos a la calle. Pero en la empresa seguía haciendo falta gente para esas mismas funciones que nosotros desempeñábamos, y anunció ofertas en portales de empleo personas para desempeñar nuestro mismo puesto. Igual yo no fui el trabajador ideal que necesitaba, pero ¿ninguno de los otros tampoco? ¿Para qué sirve pues recibir un curso desfasado si luego ni la empresa que te lo impartió te quiere dar trabajo?

Movilidad para todos, por favor. Susana López, Málaga

Veo con agrado que están remodelando carriles bici en algunos puntos de la ciudad. Incluso he leído que habrá una inversión cuantiosa. Me gustaría que, además, el Ayuntamiento también se preocupara de ensanchar las aceras en los puntos en los que ese carril bici, el carril bus y el propio vial para automóviles casi impide la circulación de peatones; ocurre, por ejemplo en tramos de Armengual de la Mota o Sánchez Maldonado. Hay que optar. Tiene que haber, desde mi punto de vista, sitio para coches, para bicis, para peatones y para autobuses, pero no se puede meter todo a la vez. Por mi experiencia en ciudades como Bilbao, Sevilla o Barcelona, la cuestión no es fácil, pero además de dinero y ganas hay que echarle imaginación y entiendo que la movilidad en Málaga, en la que se ha trabajado mucho y bien en los últimos tiempos (ahí está el flamante metro), deja bastante que desear. De hecho, me apena pasar por Callejones del Perchel o Victoria, calles señeras de Málaga, y ver cómo están mal resueltas para lo que atañe al tránsito cómodo por ellas. No me olvido tampoco de cuánto nos gusta a los malagueños ir en coche a todos los sitios... Hasta la puerta, como diría un castizo.