Es Navidad. Sí, ese momento en el que todos intentamos pasarlo lo mejor posible con nuestros amigos, nuestras familias y disfrutar. Muchos siguen hablando de la crisis en la que estamos inmersos. Y bien es cierto que los sueldos son cada vez más bajos y que los euros cada vez duran menos. Tan cierto como que los restaurantes en estas fechas están llenos y la gente sale a consumir lo que puede sin gastar más de lo que se tiene; pero la verdad es que todo el mundo está en la calle.

Hay otra Navidad, la de los deportistas. En algunas competiciones, por ejemplo el futbol español, la Liga se para. Los jugadores se marchan cada uno a su ciudad o país natal a pasar la Navidad con sus familias porque necesitan descansar del gran estrés competitivo (o eso dicen algunos). En otras competiciones, como la Premier League inglesa, la ACB o la NBA aprovechan estas fechas para jugar quizás aún más porque son días que los más jóvenes pueden acudir al estadio o al pabellón a ver a su equipo jugar porque están de vacaciones en el colegio. En estas competiciones consiguen con esta medida que haya un aumento de público en los partidos en estas fechas.

Yo quiero hablaros de otras Navidades, de unas que vivo más cerca y que son más difíciles. Me refiero a las de algunos de los chicos de nuestra cantera. Muchos de ellos son extranjeros y debido a entrenos, torneos o porque ya están en una competición profesional como la LEB Oro, tienen que quedarse en Málaga, pasar las fiestas lejos de sus familias, en la residencia o en los pisos donde viven los mayores (de 18 ó 19 añitos). Entrenan durante estos días mientras sus compañeros de clase están de vacaciones o van a sus primeras fiestas de fin de año; algunos entrenan el día 31 de diciembre o el 1 de enero, por ejemplo.

Estos chicos pasan los días más señalados en casas de otros compañeros o solos en la residencia. Estos chicos tienen Campeonato de España por Comunidades, Torneo Internacional en Roma, partido de liga en Melilla o tienen que ayudar en los entrenos del equipo ACB. No ven a sus familiares, no descansan, no tienen ninguna comida o cena de Navidad con sus amigos íntimos. No piensan en qué pedir como regalo a sus padres o qué deben comprar a sus hermanos. No verán a sus novias, a sus amigos ni disfrutarán de las diferentes tradiciones navideñas de sus países de procedencia. Muchos no habrán tenido regalo de Papá Noel y se tuvieron que acostar en Nochebuena a las 12 de la noche porque al día siguiente, Navidad, tenían que entrenar. Y lo mismo les pasó en esta pasada Noche Vieja.

Pero cuando les miras a la cara no ves ojos que te transmitan pena o desencanto. Ellos han elegido esta difícil profesión que es ser jugador profesional en un futuro. Y lo hacen con una enorme ilusión, como la de los niños pequeños cuando escriben su carta a los Reyes Magos, como la de los mayores cuando vemos cómo abren los regalos que has comprado a aquellos que tanto quieres. Ellos saben el enorme sacrificio que hacen y lo hacen con gusto, porque también saben lo bonito que es quedar campeón de España con Andalucía, quedar segundo en torneo internacional de Roma y estar a punto de clasificarte para el Torneo de la Euroleague, vestirte con el ACB o prepararte para jugar en LEB Oro contra Melilla.

Ellos sueñan cada noche con llegar a ser algún día esos jugadores que en Navidad van a ver todos esos niños que están de vacaciones. Ellos sueñan con ser los culpables de que se llenen los estadios y los pabellones por verlos jugar alguna Navidad. Nosotros intentamos ayudar a alimentar esa ilusión pero transmitiéndoles la enorme dificultad que tiene hacer esos sueños realidad, los sacrificios que hay que hacer pero las muchas vivencias gratificantes que te llevas en la vida a cambio de esos sacrificios, llegues o no a conseguir tu objetivo máximo que no es otro que ser jugador profesional. Y lo hacemos soñando con ellos, puesto que sus ilusiones son las nuestras y dándoles en estas fechas tan especiales todo el cariño que llevamos en nuestro corazón que, aunque no sea el mismo amor que el de sus padres, seguro les ayudará a pasar mejor una Navidad diferente.