El diálogo tuvo lugar en el programa matinal de radio. Una mujer pregunta a otra, experta en redes sociales: ¿Qué tengo que hacer para ser trending topic? Y la experta le responde: «Enseña un pecho». Así de directo, así de esclarecedor. Los que se fíen de los trending topics («temas que son tendencia») y de los «más vistos / compartidos / reenviados» para decidir cómo orientan su presencia en las redes sociales llegarán pronto a la misma conclusión. ¿Temas españoles de la noche de Fin de Año? Las campanadas fallidas de Canal Sur y las transparencias de Cristina Pedroche en La Sexta. El caso de las campanadas se inscribe en el interés ancestral por los resbalones de los otros, como demuestra el éxito de los vídeos de tropiezos y caídas. Nos encanta ver como nuestros conciudadanos hacen el ridículo. ¿Canal Sur empieza tarde las campanadas porque ha puesto un anuncio, y a continuación las interrumpe para poner otro? ¡Trending topic! Normal. Pero que el otro tema de la noche sea que una presentadora se abre el vestido para demostrar que no lleva bragas rojas, como mandaría la tradición, sino negras, ya es algo más sorprendente, porque nos devuelve a las décadas en que el morbo estaba en ver ropa interior de estranquis. Y eso no tiene mucho sentido en una época en que tenemos al alcance un repertorio casi infinito de cuerpos masculinos y femeninos en todos los grados imaginables de desvestido, en el mismo internet por el que se reenvía y comenta con fruición el vídeo de unas bragas negras, sean las de Cristina Pedroche o las de Mercedes Milá en Gran Hermano. ¿Un poco infantil todo ello, no creen? Decía Umberto Eco, con voluntad provocativa, que el público perjudica la televisión. Se refería a la llamada dictadura de las audiencias, por el que las cadenas programan contenidos más cercanos a la parada de los monstruos que a los currículos universitarios. Si hiciéramos caso a los trending topics, los medios se pasarían el día enseñando gente que se pega un costalazo y bragas de famosos. Y los hay que ciertamente se dedican a ello. O que con una mano publican este tipo de contenidos y con la otra editan medios muy serios donde la frivolidad está prohibida. Ya se sabe que los intereses de la audiencia son muy diversos, y en la red nos encontraremos todos, como la barra del bar a la hora del cortado, comentando sin transición la prima de riesgo, las campanadas fallidas, el precio del gas y las bragas de Fin de Año.