La ciudad francesa de Clermont-Ferrand es conocida por su catedral gótica, construida en piedra volcánica negra, y por ser la sede de la empresa Michelin. También es célebre entre los aficionados al ciclismo por celebrarse en sus inmediaciones una de sus más carismáticas etapas, la correspondiente a la cima del Puy de Dôme. Pero para los aficionados y profesionales del dibujo de todo el mundo constituye más bien una cita obligada anual, pues desde el año 2000 se celebra allí cada mes de noviembre el Rendez-Vous du Carnet de Voyage, un encuentro multitudinario que reúne a editores y autores de cuadernos dibujados de viaje con el público en general. Son tres días intensos de exposiciones, conferencias, debates y talleres bajo el lema del viaje como experiencia humana y como vehículo para el encuentro entre las personas, fomentando siempre el respeto a la diversidad cultural de los distintos pueblos.

Esta iniciativa surgió del trabajo voluntario y desinteresado de un grupo de entusiastas guiados por el convencimiento de que «viajar escribiendo y dibujando incita al autor ir más allá de las apariencias y a enriquecerse de las diferencias y del patrimonio cultural del país visitado», y que se agruparon en una asociación que tiene por nombre Il Faut Aller Voir. Quien escribe estas líneas ha tenido el privilegio de disfrutar hasta en tres ocasiones de la hospitalidad de este grupo ilustrado de hombres y mujeres sonrientes, de ademanes corteses pero nada envarados, y puede constatar la calidad humana imperante en ese grupo de amigos; como también ha sido testigo de sus charlas animadas y comprometidas sobre los peligros del colonialismo cultural. También puede testimoniar sobre la interesante deriva observada en las últimas ediciones hacia una mayor implicación del certamen en la conflictividad social en las barriadas del extrarradio de las ciudades francesas.

Michel Renaud, periodista de profesión y viajero incesante por vocación, era el presidente y uno de los miembros fundadores de esta asociación. El 7 de enero se había desplazado desde Clermont hasta la sede parisina de la revista Charlie Hebdo con el propósito de devolver al ilustrador Jean Cabut, alias Cabu, las obras que éste había prestado para una exposición durante la última edición del Rendez-vous, del cual había sido invitado especial; le acompañaba en el viaje otro de los socios, Gérard Galliard. Los tres estaban presentes en la redacción cuando se produjo el asalto terrorista. El resto de la historia es ya tristemente conocida: Michel y Cabu figuran entre las doce víctimas mortales; por fortuna, Gérard resultó ileso.

Injusto final para quien tanta fe depositó en los puentes tendidos entre gentes de distintas creencias y culturas. Descanse en paz, Michel Renaud, junto al resto de los asesinados en este injustificable acto de barbarie.

* Luis Ruiz Padrón es arquitecto

**El colaborador de La Opinión de Málaga lleva tres años asistiendo como invitado a la feria de cuadernos de viaje (Rendez-vous du carnet de voyage) que se celebra todos los meses de noviembre en Clermont-Ferrand. Cabu, uno de los dibujantes asesinados por los yihadistas, era invitado especial en esta última edición. Por una triste jugada del destino estaban en la redacción esa mañana Michel Renaud y Gérard Galliard, dos miembros de la asociación que organiza el certamen y con los que coincidía todos los años. Luis Ruiz Padrón les rinde este homenaje y desvela que se habían desplazado a París desde Clermont para devolverle a Cabu los dibujos que había prestado para una exposición y que fueron invitados a la reunión de la redacción.