Diego Valderas se ha empeñado en ir al Sáhara. A lo mejor usted no sabe quién es Diego Valderas. Ni siquiera sabe qué se le ha perdido allí. Susana Díaz coincide con usted: tampoco lo sabe. Qué se le ha perdido allí, queremos decir. El vicepresidente de la Junta, que es dirigente de Izquierda Unida, insiste en viajar en su calidad de representante del Gobierno andaluz pero el PSOE afirma que tiene que hacerlo como dirigente de partido, que la Junta no quiere un viaje a un campamento de refugiados. Los del PSOE a veces se ponen tan exquisitos que no quieren hacerse fotos con refugiados; igual temen contagiarse de algo. Los de IU por su parte se ponen estupendos. Les pone cachondos el Sáhara desde siempre. Ahora incluso por ir no les importa poner en peligro el pacto de Gobierno entre ellos y los socialistas. O tal vez todo esté pactado y estén tanto Valderas como Díaz acumulando agravio, rencillitas, putaditas y viajecitos para acabar con la coalición y presentarse cada uno a su electorado como no en brazos del otro. En lontananza está la consulta que IU quiere hacer entre sus bases sobre la continuidad del pacto. Eso ha sentado en el PSOE como un chupito de vinagre en ayunas. A mi no me deja nadie, en todo caso los dejo yo a ellos, bien ha podido pensar Susana Díaz. Pero también está en el horizonte que las autonómicas pudieran ser en breve, con lo cual ni consulta a las bases ni el Cristo que lo fundó: en los planes de Díaz estaría volver a ser presidenta, liberarse del pecado de no haber pasado por las urnas y ya concursar contra Sánchez en primarias o fulminarlo directamente. En estos momentos, Valderas está haciendo la maleta y preguntando que qué tiempo hace por esas latitudes. No está previsto que eche en el equipaje una corbata institucional. Para lo que me queda en el convento... me voy al Sáhara, debe pensar Valderas, que ya no es coordinador de su coalición ni tiene asegurado volver a ser vicepresidente. Algunos de los suyos quieren sustituirlo por Antonio Maíllo y a él mandarlo al Senado. Si a mí me quisiera mandar alguien al Senado no me lo tomaría mal, pero estos políticos son muy tiquismiquis incluso con sus cosas. Como el Senado. Ayer un dirigente socialista regional, Juan Cornejo, dijo en tono mitad amenazante, mitad displicente que Valderas sabrá lo que hace pero que la Junta no hará ningún viaje oficial al Sáhara. Cornejo recuerda que la Junta no tiene competencias en Exterior, pero se le olvida decirlo cuando Susana Díaz va pronta a pelotear al Rey de Marruecos. Que no tiene ni Senado.