Fernando Torres marcó sus primeros goles en su regreso al Atlético de Madrid, y lo hizo en el mejor escenario posible para un rojiblanco: el Santiago Bernabéu, ante el Real Madrid y por partida doble. Dos tantos que mostraron lo que puede dar de sí una sociedad futbolística con el francés Antoine Griezmann. No había anotado nunca el «Niño» -ahora ya no tanto en su regreso al Atlético siete años y medio después- en el Bernabéu. Cinco partidos había jugado contra el eterno rival en el estadio de Concha Espina, y nunca había logrado perforar la meta rival.

La sequía goleadora le había perseguido contra el Real Madrid durante toda su primera etapa como rojiblanco. Tan solo un gol logró hacerles a los merengues, en el último derbi madrileño que disputó en el Vicente Calderón. Fue un tanto en los primeros diez minutos de un partido de Liga en 2007, logrado a pase del argentino Luciano Galetti, con control y disparo cruzado de Torres, pero que no sirvió para ganar aquel partido, que terminó 1-1 gracias a un tanto del argentino Gonzalo Higuaín. En su regreso al Bernabéu como rojiblanco, no llegó a pasar un minuto para que Torres rompiera con su maldición. Habían pasado apenas 52 segundos y Torres ya había deshecho el mal fario que le impedía marcar al Real Madrid en el Santiago Bernabéu como rojiblanco -sí lo logró como jugador del Liverpool inglés-, y había añadido un peldaño más a la escalera que tenía que subir el equipo del italiano Carlo Ancelotti si quería remontar.

A partir de entonces, el partido se convirtió en un asedio del Real Madrid, y el delantero rojiblanco se disolvió en las labores defensivas del equipo. Pero tras el descanso, el arranque de la primera mitad se repetía. De nuevo fue fundamental la velocidad de Griezmann, al capturar en el centro del campo un envío largo de Sergio Ramos que no tuvo la suficiente fuerza. El delantero galo vio cómo Torres se le cruzaba hacia la izquierda, y ahí dejó el balón, para que el «Niño» recortara hacia dentro, dejando en el suelo a Pepe, y disparara raso con pierna derecha introduciendo el balón entre las piernas de Navas y en la portería madridista.

Si el futbolista de Fuenlabrada ya había descubierto lo que que era ganar al Real Madrid una semana antes, con el triunfo por 2-0 en el Calderón aunque sin acierto goleador, ahora también comprueba cómo sabe ganar al eterno rival y marcarle en su estadio, antes de retirarse en el minuto 57, sustituido por el turco Arda Turan.

Si alguien fue determinante en este arranque goleador de Torres en los dos tiempos del derbi fue el francés Antoine Griezmann. El joven jugador rojiblanco, que tuvo un inicio de temporada dubitativo en el equipo, es ya un fijo del esquema de Diego Simeone, al que está aportando velocidad, combinación, goles y asistencias.

Griezmann se ha visto obligado a adaptarse a un nuevo papel en el conjunto madrileño que le exige ser más un segundo delantero que un jugador de banda, trenzar balones por el interior y darle al equipo una salida con el balón jugado. Con Torres bien encajado en el esquema más volcado al contragolpe de Simeone; y Griezmann en su mejor momento desde que recaló en el conjunto rojiblanco, el Atlético asestó un golpe moral en el derbi copero y afrontará unos cuartos de Copa de campanillas con el Barça.