Estamos tan rodeados de política, o mejor, de partidismo, que andando he leído «Politólogo» en vez de «Podólogo». Y así vamos a veces, con los pies en la cabeza. Pero eso no debiera impedirnos pensar. Imagino la dificultad que debe de tener una formación aún en ciernes como Podemos para configurar sus listas, corriendo ante el «adelantazo» de las elecciones andaluzas. Qué difícil debe de ser disputarle el protagonismo de la democracia a las formaciones ya consolidadas en ese protagonismo.

Fauces abiertas

De Podemos se podrán decir muchas cosas. De hecho se dicen más de las que parecen lógicas al no haber asumido aún responsabilidades institucionales (excepto en el Parlamento Europeo) Pero su mera presencia, sus fauces abiertas sobre lo establecido, están haciendo pensar a muchos sobre cómo se llega a este tiempo caducado, a este expolio, a esta falla moral. Podemos es nuestro síntoma. Pero cómo hemos llegado a esta invasión de sillones-culos que sólo se trasladan de vez en cuando de despacho, incluso al del otro lado de la puerta giratoria cuando el chollo de lo público se acaba, aprovechando que son sillones-culo con ruedas en las patas.

Ser y estar

La sola amenaza de arrebatarles los cielos a quienes se han apoyado en los vulnerables hombros de la desmontada clase media para estar tan alto ha generado una respuesta política que no se había dado hasta que se han visto amenazados. Estos chicos que se pelean con todos en La Sexta han obligado al actual bipartidismo, al nacional y al nacionalista, a ponerse las pilas. También han hecho conscientes a muchos eyectados de la posibilidad de tomar las riendas. No sólo emitiendo un voto, sino interpelando a las instituciones, incluso formando parte de ellas para hacer verdadera política. No sólo ser, estar.

Coleta al viento

Pero el sistema, de origen, se blinda. Y lo hace para reforzar, desde una lógica constituyente, la estabilidad del sistema. La paradoja es que el sistema ya estable es utilizado para la autopervivencia por quienes lo detentan, hasta la jubilación en algunos casos y el aforamiento en otros. Demasiados políticos han llegado a instalarse en él sin más ideología ni aspiración moral que la inercia del juego, sólo en apariencia, de los contrarios. Está por ver, frente al órdago personalista de Susana Díaz del 22 de marzo, si el tipo de herramienta (un hacha, un destornillador, un libro, una pluma, una carga de batería, una balanza…) para la regeneración que según las encuestas hoy es Podemos, es capaz de presentarse con los cuadros suficientes y adecuados en sus listas, y plantarle una cara adulta en su feudo, aún con la coleta a favor del viento, a quien les ha pillado por sorpresa aún ocupados en configurarse.

Difícil democracia

Si el PSOE andaluz le ofrece a alguien ir en una buena posición en sus listas en marzo, por ejemplo, no sólo le asegura la experiencia y la influencia del escaño, también el sueldo de parlamentario íntegro y sus complementos, gastos de desplazamiento y dietas (el sueldo base es de 3.020 euros y lo demás se va sumando). Es verdad que sobre las siglas socialistas pesan más de 30 años de gobierno consecutivos y la espesa sombra de los ERES, por simplificar los casos de corrupción. Pero no parece que eso les preocupe demasiado. Si te ofrecen ir en las listas del PP para ser uno de los 109 diputados del Parlamento andaluz, la oferta es similar con el cómodo añadido de no asumir la responsabilidad de gobernar (al menos así ha sido hasta ahora, ya que el PP ha perdido y cuando ha ganado no lo ha hecho con mayoría absoluta, la que el mapa electoral andaluz requería hasta hoy para que el PP gobernase). Es verdad que sobre las siglas populares recae el rollo ese del señorito andaluz y la espesa sombra de Bárcenas y la Gürtel, por simplificar los casos de corrupción. Pero no parece que eso les preocupe demasiado.

Podemos

Si te lo ofrecen UPyD o Ciudadanos al menos tienen organizada la maquinaria. O si te lo ofrece IU, la recién expulsada de la Junta, porque lleva más tiempo en liza. Pero si te lo ofrece Podemos, aún en obras, te ofrece señalarte con el estigma de ser el demonio rojo. Y cuando en un tuit los de Podemos piden el voto de cualquier ideología les acusan de ser el Satán descamisado y a todo color que viene a apuñalar la estabilidad del sistema con su estratégica transversalidad (y lo que es peor, a prohibir la Semana Santa). Para colmo, los parlamentarios de Podemos sólo te ofrecen ganar como parlamentario el triple del salario mínimo, unos 1.300 euros, el resto se dona. Es verdad que sobre su círculo morado recae la sombra del contrato por obra en la UMA de un tal Errejón y la parte más o menos declarada al fisco de esos 400.000 euros que obtuvo por un contrato un tal Monedero. Pero, se simpatice o no con ellos ¿no resulta anómalo que sea eso lo que más preocupa? Con la que ha caído y la que está cayendo.

Porque hoy es sábado.