Uno de los alicientes del fin del verano es la eclosión de coleccionables y fascículos del más diverso pelaje. Todos los meses de agosto aguardo con impaciencia y jolgorio las imaginativas sugerencias de las editoriales del ramo, pues décadas de novedades imponen su servidumbre, y al final cada vez resulta más difícil epatar al potencial consumidor debido al agotamiento de las ideas ingeniosas. Así, en los últimos tiempos hemos visto con regocijo surgir series dedicadas a materias como la energía de las piedras, los dedales, los bebés del mundo o al método Dukan. Confiese, querido lector: ¿no es cierto que aún conserva en el trastero las primeras entregas del acorazado Bismarck, pendientes de su montaje?

El calendario electoral muestra interesantes paralelismos con este tipo de propuestas, y la proximidad de los comicios también hace aflorar una fértil cosecha de promesas peregrinas. Mi favorita hasta la fecha es la del Parque La Comarca, recientemente presentado en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur), y que se inauguraría a finales de 2015 en Rincón de la Victoria; «un parque temático inspirado en el universo de J. R. R. Tolkien».

Al consabido repertorio de adjetivos con que suelen adornar estas iniciativas, en este proyecto se añade que «los materiales usados tendrán un escaso impacto medioambiental para ofrecer una imagen integrada en la naturaleza» y «contará con el aprovechamiento de energías renovables». Excusatio non petita, accusatio manifesta€

Yo hubiese preferido un parque dedicado a Mordor. Molaría más y se correspondería mejor con la política urbanística de tierra calcinada desarrollada por los ayuntamientos costasoleños.

*Luis Ruiz Padrón es arquitecto