Los escolares españoles son de los que más deberes tienen de Europa y de los que peores resultados consiguen. Pedagógicamente es un desastre pero no debe mirarse así. Con ese sistema se aprende a ser español en todas las autonomías, nacionalidades y regiones sin hecho diferencial.

España es el país en el que más horas se trabaja con peores resultados. Hasta hace unos años el fracaso estaba en la productividad, que relaciona la cantidad de producción y los recursos usados para obtenerla. El que trabaja es un recurso, en concreto, un recurso humano y cuando está a media jornada le llaman «medio recurso humano». A menos recursos humanos para conseguir algo, mayor productividad. Otra manera de medirlo es con el tiempo utilizado para obtenerlos: a menos tiempo para producir, más productivo es el sistema. El tiempo es lo que se paga. Pagado a menos precio, más productividad.

Ya ve quién ha vuelto a ganar. Antes se necesitaban más horas para hacer lo mismo que en otros países y eso hacía que nuestra productividad fuera baja. Ahora la productividad ha subido porque bajaron el número de empleos y los sueldos para producir lo mismo. España es más productiva porque emplea a menos gente y les paga menos. ¡Viva España y jódanse los españoles! De ahí esa doble percepción de la mejoría que los trabajadores españoles no notan y el gobierno sí, aunque, como los estudiantes españoles, el gobierno «ha hecho los deberes» y le «hace falta más pedagogía».

Definición: es un trabajador español el que está más tiempo en el trabajo y cobra menos y es un escolar español el que está más tiempo estudiando y aprende menos. Es un gobierno español el que vela porque estas dos cosas se cumplan. Pese a su poco empleo, España es un país ocupado, es decir, con poco tiempo libre. Es tiempo lo que mide la vida y es libre lo no asignado a la obligación. El tiempo libre es un medidor de libertad.