Escribo estas líneas con el corazón en un puño después de volver a ver repetido el partido de la final de la Copa de la Reina entre el Perfumerías Avenida y el Conquero Huelva Wagen, que terminó ganando el equipo salmantino por un ajustadísimo 66-62. Quién nos iba a decir a los que llevamos empujando desde hace años al baloncesto femenino que en Andalucía íbamos a tener un equipo capaz de plantarle cara a uno de los gigantes españoles en una fase final por un título.

Lo cierto es que yo me creí desde el primer día que Conquero iba a hacer algo grande, y no estaba equivocado. Ese vestuario es especial, y aunque no lo conozco desde dentro, sí tengo la oportunidad de conocer personalmente a gente que convive allí día tras día. Con tan solo decir que jugadoras de la talla de Luci Pascua, María Pina, María Asurmendi e Itzi Germán son parte activa de este sueño, uno se da cuenta de la importancia que tiene este proyecto. Entre tanto nombre a muchos nos hace especial ilusión ver el de Patri Soler, que con su edad es de la hornada del 94- ya puede presumir de ser subcampeona de la Copa de la Reina , algo que muchas jugadoras ya veteranas no pueden decir. La malagueña ha ido quemando etapas hasta llegar a ser profesional en un mundo tan complicado como es el baloncesto femenino y creo que es algo de lo que en esta ciudad tenemos que sentirnos orgullosos.

Conquero es un club humilde, que ha trabajado desde la base y ha ido creciendo gracias al trabajo de mucha gente, pero sobre todo, gracias al empeño de un entrenador como Gabriel Carrasco, quien este verano me decía en una entrevista que los retos para este año, el tercero en Liga Femenina, tanto de él como de Conquero, eran muchos pero que ahí estaba ese paso de poder albergar una Copa de la Reina, jugarla en casa y sobretodo, competirla. Al final no pudieron ser sede en 2015 por cuestiones que a muchos se nos escapan de las manos pero que no van más allá del politiqueo típico de la FEB, pero estoy seguro de que en Torrejón se han sentido como en el Andrés Estrada, porque la afición que se ha desplazado hasta Madrid para verlas jugar ha superado las expectativas.

Lo que sí han podido cumplir es eso de jugar la competición del K.O. y competirla. Competirla hasta el final, en un último partido en el que fueron ganando prácticamente todo el encuentro cuando pocos daban un duro por ellas. Pero al final, los errores lógicos de verse tan cerca del triunfo hicieron que el trofeo viajara a Salamanca, un equipo que camina con un presupuesto muy por encima del resto de equipos de la Liga Femenina y que disputa cada año la Euroliga, competición que ganó en 2011.

Como digo, el trofeo viajó hasta el Wurzburg y eso es lo que al final queda escrito en los anales de la historia, pero aquí en Andalucía el Conquero Huelva Wagen ha abierto una puerta importantísima de cara al futuro. Hemos podido sentir en la distancia el orgullo por un equipo, la pasión por un deporte y la ilusión por hacerse grande entre los gigantes. Conquero ha demostrado que con trabajo todo es posible, que con coraje y corazón las cosas acaban llegando. No son pocas las niñas andaluzas que se plantaron delante del televisor el domingo para seguir el partido mientras sus padres y hermanos seguían la liga de fútbol. Creo que ese es un éxito que quizá no tenga recompensa en una vitrina, pero sí la tiene en la salud de nuestro deporte.

Conquero se ha hecho mayor y ojalá siga siendo así durante muchos años. Por trabajo y ganas no va a ser, eso segurísimo, pero la inestabilidad dentro de este deporte es tal que hemos visto como equipos históricos como Celta o Rivas Ecópolis han sufrido el olvido por parte de las ayudas. A día de hoy subsistir no depende únicamente de un club, sino de los apoyos que pueda recibir. Así, no me queda más que seguir ilusionado con poder ver a Conquero disputar -y competir- los play off por el título y, por qué no, verle partirse la cara en Europa el año que viene. ¡GRACIAS CONQUERO!