El Escudo

De oro, platino y brillantes que reciben nuestros políticos por cumplir con su trabajo o por soltar la pasta pública sin control a las fundaciones, peñas, hermandades, ONG, etcétera no está justificado socialmente en la mayoría de los casos. Estos políticos se gastan nuestro dinero, el de nuestros impuestos, para que la fiesta siga. Si queréis fiesta, pagadla vosotros, pero como está financiada con dinero público los trincones ponen escudos y sus allegados hacen el paripé. Si queréis ser santos, arruinad os vosotros pero no nos cojáis dinero para financiar vuestros altares. Tan pernicioso es el que se pone el escudo en la solapa como el que se lo entrega. Así nos va en Andalucía. En el resto de las autonomías en España cada perro se lame su... y así estamos permitiendo que los políticos mangoneen como les da la gana y encima les ponemos el escudito. Decían en mi barrio al marido de la Trini: «El tío cornudo y además contento».

Bartolomé Florido Luque. Málaga

A cuerpo de rey

Los monárquicos pueden estar satisfechos de la paga regia que lógicamente es decente que reciban quienes tanto han servido al monarca. Porque nos acabamos de enterar de que Corinna, la «amiga entrañable» del rey dimisionario, que le servía incluso en sus viajes, además de vivir diez años cerca de la Zarzuela, ganó 30 millones, aparte de otras regalías en casa, coche, seguridad, regalos, etcétera. Vamos, que hemos quedado como unos caballeros, tratándola, como se debe, a cuerpo de rey.

Josefa Ortega Oliar. Málaga

Dudoso mérito

Coincidiendo con su ochenta aniversario, el pasado 13 de febrero tuvo lugar en la Universidad de Sevilla un acto de homenaje a quien fuera durante muchos años su catedrático del Derecho del Trabajo: D. Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo-Ferrer. Dentro de la reseña que ha acompañado a su extenso y rico currículum vitae, se ha resaltado que por sus clases universitarias pasaron un presidente de Gobierno de España, y tres presidentes de la Junta de Andalucía: Felipe González, Rafael Escuredo, José Rodríguez de la Borbolla y José Antonio («llamadme Pepe») Griñán. Pero conociendo los grandes «éxitos» que dejaron en el mundo laboral tras sus gobiernos, tanto respecto al crecimiento desmedido del número de parados, como en su colaboración con el inicio de una política de precarización de los derechos laborales (amén de otros logros no menores), resulta difícil concluir que la mención a tan aventajados discípulos constituya un mérito para el homenajeado.

Miguel Ángel Loma Pérez. Málaga