A lo mejor somos la mejor sociedad que ha existido. A lo mejor somos la peor sociedad que ha existido. Desde luego, somos la única que genera personajes como Willy Toledo. El resto de sociedades en la Historia da lugar a habitantes que consideran que viven no ya en la mejor sino en la única de las sociedades posibles, hasta el punto de considerar que su forma de vida es la forma de vida natural de los seres humanos, hasta el punto de considerar inherentemente buenas cuando no divinas las estructuras de poder, hasta el punto de dudar de la condición humana de los miembros de otras sociedades. Esto también es cierto en nuestra sociedad, pero aquí, como anomalía distintiva, una minoría no insignificante considera que vivimos en la peor sociedad de las posibles. Y aprovechamos a esos individuos ferozmente extrañados ante ellos mismos para hacer entretenimiento de masas y ganar audiencia en la competencia capitalista -la columna de hoy es una reflexión sobre la intervención de Willy Toledo en Un tiempo nuevo-. A lo mejor somos la mejor sociedad que ha existido. A lo mejor somos la peor sociedad que ha existido. Somos la única sociedad que genera una cantidad importante de individuos radicalmente críticos hacia ella misma. Quizá sea porque somos muy malos. Quizá sea porque somos muy buenos. Los cristianos que han dado lugar a los ateos. Los machistas entre los que ha nacido el feminismo. El imperio que considera que los buenos son los bárbaros. La ignorancia en donde ha crecido la ciencia. Y así, Noam Chomsky -que nadie vea aquí la menor comparación entre una figura de la altura académica de Chomsky y un mentecato chusquero como Toledo- es un producto tan norteamericano como John Wayne o Michael Jackson; y Willy Toledo es el epítome extremo de un inequívoco producto social del capitalismo occidental, como lo pueden ser respecto de otros arquetipos gente como Boris Izaguirre o Cristiano Ronaldo. A lo mejor somos la mejor sociedad que ha existido, y la prueba es gente como Willy Toledo. A lo mejor somos la peor sociedad que ha existido, y la prueba es gente como Willy Toledo.