El problema argumentativo del procedimiento denominado «transferencias de financiación» para, según el exconsejero de la Junta José Antonio Viera, «instaurar un sistema ágil dentro de la legalidad», es que antes de comenzar a ser utilizado para los ERE en Andalucía, allá por el año 2000, no se conocía un escándalo como ése. En palabras del también exconsejero y ex residente andaluz José Antonio Griñán: «un gran fraude». Y ya está dicho todo, o casi.

Imputados dos

Aunque Chaves dirá lo mismo cuando también declare ante el Supremo, que no sabía (al fin y al cabo sus declaraciones ya están inducidas convenientemente por sus abogados). La dimensión del fraude, del «gran fraude», ha ido creciendo como una monstruosa bola de nieve que un PSOE andaluz acostumbrado al poder, sin alternancia en 33 años, pretendió mostrarnos como sólo un muñeco de invierno con una zanahoria en la nariz. Recuerdo el bravo auto del juez Torres cuando le negó a la Junta personarse como afectado en el caso Malaya. El juez le vino a decir a la Junta que tras años de mirar para otro lado, y cobrando sus tributos ante la ilegalidad urbanística manifiesta del gilismo y su red clientelar, no podía pretender encima aparecer como una víctima más. Defender la respuesta del juez me costó una discusión con alguien del PSOE que aprecio -y sé que él a mí- junto al teatro Cervantes de Málaga. Fue muy vistosa.

Callar sin callar

Creo que parte de la necesidad de regeneración de los partidos tradicionales ante el ciudadano crítico e informado (en él recae el pulso democrático de las sociedades), por encima de las ideologías (que muchos sólo han utilizado como excusa para ir convirtiendo sus culos en sillones o los sillones en sus mismísimos culos de aquí a la eternidad), está en una mal entendida disciplina que hace que nadie cuente lo que está deteriorando la calidad a favor de la cantidad dentro del partido. Hasta que algunos de quienes estaban dentro y callaban son expulsados o se cansan de aguantar. Sólo entonces lo cuentan todo. Pero ya es tarde porque sus lenguas están atadas a su pasado silencio y se les acusa de respirar por la herida o se les entiende mal al hablar. Hay personas de valía a las que les está pasando esto ahora.

Tiempo robado

Veo en los periódicos fotografías de exgestores o políticos que deseo que no sean procesados en otro gran fraude, el de los cursos de Formación; y si lo fueran, deseo que no resulten culpables. Pero con alguno hablé de la deriva ética o la inercia acumulada e ineficaz que se había instalado en su partido, en la Administración, en el sistema. Y ahora hablo tanto del PSOE como del PP. La política puede resultar tremendamente ingrata. Pero es que la política requiere sacrificio. El servicio público es servicio, no sólo un sueldo público (o una manera de medrar con el dinero de nadie que es el de todos). Creer que es sólo lo segundo, y no que lo segundo intenta paliar la dificultad y el tiempo robado a la vida al servicio de los demás, es un error de estos años degradados.

Algunos...

Les pasa a algunos trabajadores públicos, a otros no (que no se sientan éstos corporativamente afectados por estas líneas). Cuando te acercas a algunos policías, médicos, enfermeros, administrativos, operarios de limpieza que cobran del erario público, etc., es fácil identificar al que comprende su doble responsabilidad y al que sólo se preocupó de acceder a un sueldo de por vida, sin pensar en por qué tenía derecho a él (algunos de quienes accedieron por oposiciones creen que el hecho de haberlas superado les otorga el derecho a esa remuneración vitalicia en pago por el gran esfuerzo empleado para superarlas). Te miran desde la altura de su seguridad, en un tiempo tan inseguro, o claramente sientes que les molestas.

'Podedanos'

Lo que nos está pasando en este cambio de era, en el ámbito de la política, es reflejo de la sociedad que alimenta ese mundo aparte en que se han convertido esos políticos. De tanto alejarse de la sociedad que eran corren el riesgo de no tener camino de vuelta a la gente de a pie, o sea, lo que verdaderamente les aterra, a la mano del votante en año electoral. Podemos y Ciudadanos tienen tiempo aún de cometer errores, pero lo normal es que vayan aprendiendo a cometer menos de los que ya, por neófitos y por tener que haberse inventado casi de la nada, han cometido. Antes ni les nombraban, ahora les llaman para pactar. Pueden no gustar algunos de los candidatos que iban en las listas en posiciones favorables para obtener escaño en ambas formaciones, pero visto en frío, ha sido titánico que hayan conseguido presentarse a las elecciones andaluzas. Unos comicios adelantados, en parte, ni más ni menos que un año para pillarles, no con el pie cambiado, sino aún sin piernas para correr hacia el Parlamento. Ya pisan con sus zapatos... Porque hoy es sábado.