Quien más se ha ocupado en España de la monarquía es un republicano confeso, el historiador, excelente escritor y extraordinario editor Rafael Borrás. Esto es natural, porque la esencia del republicanismo español es el antimonarquismo. En el último de sus libros, «Los interinos» (2014), que aunque trata de los ministros habla sobre todo, como siempre hace, de los Borbones, Borrás cita lo que le cuchicheó una vez el monárquico Areilza sobre la idea de otro monárquico, Joaquin Satrústegui, de dar tratamiento de Majestad a Don Juan, abuelo del actual Rey y padre del Rey Senior: «el país, que no es monárquico, aguanta a duras penas a un rey, y dos podrían provocar la caída fulminante de la institución». Sin embargo ahora estamos en esa situación, y al Rey titular no parece irle mal. La receta del borboneo (soltar lastre de la barquilla cuando el globo pierde altura) es un know how infalible.