Si las elecciones de este domingo tienen en vilo a nuestros políticos por lo incierto que se presentan los resultados, hay otros comicios donde las cosas sí están totalmente claras. Hablamos de las elecciones que el próximo martes 26 se celebran en la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), a las que se ha llegado sin sorpresas y con un único candidato, el actual presidente Javier González de Lara. Ayer por la tarde se cerró el plazo de candidaturas sin la concurrencia de listas alternativas de última hora, algo que se consideraba muy poco probable pero que tampoco podía descartarse de entrada. La tradición en la CEM (que aglutina a 97 organizaciones empresariales de la provincia con un total de entre 40.000 y 45.000 empresas y autónomos representados) ha sido siempre la de articular una candidatura de consenso sin que eso signifique, según comentan fuentes de la patronal, que en el seno de la organización no se produzcan debates y discusiones. El caso es que González de Lara acudirá con 159 avales a una asamblea compuesta por 233 vocales con derecho a voto, es decir, con casi el 70% del apoyo previamente recabado. Además, habrá otros 72 vocales asociados con voz, pero sin derecho a urna. En total, más de 300 personas. Su ratificación como presidente de la patronal malagueña para los próximos cuatro años implicará algunos cambios respecto a la etapa que ahora concluye. A nivel orgánico, el más significativo es que se reforzará el papel de la secretaria general de la CEM, Natalia Sánchez, para quien se va a crear el puesto de vicepresidenta ejecutiva. La intención es que Sánchez aumente con mayores competencias su responsabilidad en el día a día ante los continuos desplazamientos fuera de Málaga que González de Lara realiza como presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). También habrá algunos cambios en el comité ejecutivo, compuesto por 12 integrantes. Aunque la vocación es de continuidad, la idea es introducir algunas caras nuevas que rejuvenezcan el equipo. En cuanto al futuro, los objetivos siguen siendo afianzar a Málaga como capital económica andaluza, aprovechando también en esta proyección la visiblidad que aporta la presidencia de la CEA. Además, se seguirá con la línea de austeridad iniciada en 2011. El presupuesto anual de la CEM, que hasta 2010 rondaba los 1,8 millones de euros se ha reducido en este tiempo a casi la mitad. De hecho, las cuentas de 2014 no superaban el millón.