31 son los escaños que se reparten en la casona del Parque en Málaga. El por ahora alcalde en funciones, antes llamado Francisco ahora Paco De la Torre, obtuvo el pasado domingo 13 de esos concejales. Aunque le falten tres para la anhelada (y esperada) mayoría absoluta, el día también 13, de junio, deberán estar por ley conformados los ayuntamientos en España y, teniendo en cuenta lo fraccionado del voto en estos comicios municipales, todo parece apuntar a que, aunque le nieguen los 18 concejales restantes, revalidará la vara de mando ese día. La ley no contempla la elección del primer edil como lo hace con la investidura del presidente de la Junta, presidenta en este caso. Por tanto, más noes que síes no tumban a un candidato mayoritario. Sólo otro posible candidato con más síes lo haría.

Teniendo clara esta diferencia quizá logremos atinar sobre lo que puede o no pasar con quienes esperan ser o no alcaldes con mayoría simple, cada uno en función del mapa resultante en sus consistorios. Un mapa que forma más o menos parte, según el partido judicial al que pertenezca el municipio que analicemos, de ese otro mapa supramunicipal que configurará igualmente las diputaciones.

Volviendo a Málaga (que está resultando un inesperado laboratorio donde han precipitado sustancias que, como el sodio en contacto con el agua, ya han hecho saltar chispas), los 18 concejales restantes se reparten, como ya saben, así: 9 para el PSOE, 4 para Málaga Ahora -una de esas candidaturas ciudadanas apoyada por Podemos-, 3 para Ciudadanos y 2 para IU -o mejor, para Málaga para la Gente, ese otro contenedor similar al de Podemos para evitar la identificación de IU con lo establecido y caduco por una parte del electorado de izquierdas-.

Se han dado por válidas las presuntas intenciones de Juan Cassá (el primero de los tres concejales que ha obtenido Ciudadanos) de ser el alcalde de Málaga con esa exigua representación. Por mucho que se pretenda vincular una posible operación de apoyo al PSOE en la Diputación por parte de los dos diputados provinciales que corresponden a Ciudadanos en esa institución, aprovechando que al PP con 15 aún le falta uno para asegurarse la mayoría absoluta, no parece sensato pensar que IU, Podemos y PSOE vayan a votar en bloque al candidato de Ciudadanos como alcalde.

Quienes manejan esa posibilidad dan por hecho el injusto sacrificio a favor de Cassá de la candidata socialista a alcaldesa, María Gámez, con tal de quitar al veterano De la Torre de en medio (que no tanto de «desalojar al PP» porque los alcaldes son los alcaldes más que sus partidos), trabajarse la Diputación e incluso pactar el desbloqueo de la investidura de Susana Díaz. Y dan por hecho un entendimiento cuatripartito municipal que provocaría alguna previsible reacción química. Lo que al parecer ni se plantean es cómo iban a reaccionar los votantes de Ciudadanos y de Podemos ante semejante alambique. Chispas?