Concurso de siglas: ganador, Pablo Iglesias el enmascarado, por Ángel Alonso Pachón

Con la inocencia del ignorante, con la curiosidad del estudioso y con la ironía de los asentados, suplico por no decir exijo que el ideólogo de Podemos ponga sobre la mesa todas y cada una de las caras con la que ha acudido a las elecciones del 24 de mayo de 2015. Cientos de nombres, con cientos de anagramas han rellenado las famosas papeletas. Cientos de papeletas cuyo contenido ideológico programático era conocido por ellos y unos pocos más. Ahora con resultados de tercera división se proponen ser la llave de la gobernalidad. Al final cuatro o cinco posiciones políticas, con idearios divergentes y hasta contradictorios, con la sonrisa hipócrita del enmascarado organizan para sus intereses los gobiernos municipales y comunitarios. Lo más grave es no conocer los puntos programáticos de todas esas siglas que ahora dicen ser de Podemos. Por favor, ¿qué se ha votado?, siglas y siglas cuyo contenido lo conocen unos cuantos y que ahora, sin embargo, controlan los pactos, los acuerdos o mejor dicho los repartos útiles del poder. Todos los que se dicen políticos, los de la «casta» y los que se enmascaran hipócritamente tras la multitud de «apellidos», todos nos han engañado. Unos permitiendo el engaño por ocultación de programas y los otros por predicar con el megáfono populista ocultando su ideario. En España se han puesto de moda los gobiernos no representativos de la sociedad. España es el único país de Europa donde 2+2+2+2 significa: Todos. «¡Manda h…!» o más suavemente: «¡Vaya churro nos ha salido!»