Desde éstas humildes líneas, deseo hacer un homenaje al Museo Jorge Rando, al maestro, y a todos los que nos atienden, y entienden, y por éste y éstos, y como consecuencia de su dedicación a difundir la cultura, de modo altruista, homenajear también a todos esos músicos, que cada uno en su estilo, en su percepción musical de sus vidas, sus entornos, sus sentimientos, nos presentan a nuestra sociedad desde unos puntos de vista musicales, que la mayoría de la veces son imperceptibles para el conjunto de la ciudadanía. Son aquellas gentes que van con su música por este pedregoso camino de la vida, que con sus aportaciones a la sociedad nos hacen ver, oír otra manera de entender la vida. Nos los encontramos en calles, bares, fiestas y festivales, empezando, intentado despuntar, intentando llevarnos a un paradisíaco lugar, sueño, llamado música.

Con su peculiar modo de sentir, llevar en sí nuestra música, porque aunque sea de ellos, en cuanto les oímos la hacemos un poco nuestra, que tanto nos hace gozar de su arte. A la magnífica artista, a su voz, a ella misma, Sara Sae, les deseo se consagren, pero que sigan contando con este humilde público que les apoya, y con este humilde freelance que les escribe, escribe a toda la música que tanto éstos citados, como otros como ellos, reitero nos deleitan nuestras vidas.

Yo les dedico, a Pan con Aceite, Hermanos Petrelli, Canela&Limón, Break The Senses y a todos un huequito, con este mismo título en www.malaga-de-ocio.city, porque creo, estoy convencido, de que sin ellos nuestras vidas serían aburridas, peor tan solo serían politizadas. Y con nuestros jóvenes maestros, nuestro músicos por convicción, logran que pasemos del gris al colorido de una vida acompañada de ellos.