Estos últimos días hemos asistido a la final de la NBA. Se enfrentaban dos estilos diferentes. Por un lado, los Cleveland Cavaliers de LeBron James, un equipo que basa todo su juego en este jugador (potenciado además por las bajas de Love e Irving). Él es el que coge el rebote, sube el balón, lanza la gran mayoría de tiros o saca ventaja para que sus compañeros tiren liberados. Un jugador total e imparable con gran ego (grandes broncas les pega a sus compañeros cuando alguno se equivoca). Por otro lado, los Golden State Warriors de Stephen Curry, un equipo mucho más coral que basan su juego en la velocidad con la que mueven el balón y por el tiro de tres puntos en el que destaca este fabuloso base (MVP de la temporada regular) que nos ha hecho alucinar con sus tiros tras bote en la cara del defensor con una letal velocidad de ejecución.

El título lo ha ganado el equipo de la Bahía de Oakland para regocijo de los románticos del deporte de la canasta, que siempre preferimos que gane el baloncesto de equipo al juego más individual, aunque no dejemos de reconocer que, como jugador, lo que es capaz de hacer LeBron sobre una cancha es admirable.

Se han impuesto debido a que los Cavs han ido sufriendo por culpa del cansancio a medida que avanzaba el número de partidos de la final por jugar con menos rotaciones y porque los Warriors, tras ir perdiendo la serie 2-1, ganaron tres partidos consecutivos cambiando su estrategia e imponiendo en el juego un «small ball» (jugar con cinco exteriores a la vez). Lo curioso de este cambio en el planteamiento de juego se le ocurrió después de perder el tercer partido de la serie a uno de los ayudantes de Steve Kerr, el entrenador, mientras veía en un bar un partido de la final de la temporada pasada en el que San Antonio Spurs vencía gracias a jugar con un «small ball».

Parece que se va imponiendo en la NBA la moda de jugar con cinco exteriores, sin pívots. El baloncesto moderno ha ido evolucionando a jugar con un pívot y cuatro jugadores exteriores y se va implantando con más frecuencia poner en la cancha a la vez a cinco exteriores. Veremos cuánto tarda esa moda en cruzar «el charco». Es una pena, pero el juego en el poste bajo se va convirtiendo en algo antiguo y cada vez más en desuso.

Pero lo que es admirable es como tratan allí las finales. Convierten el partido en un gran espectáculo. Ya es un espectáculo ver tocar el himno de EEUU a los Metallica. O Santana con su mujer a la batería. Igual que la retransmisión, empezando treinta minutos antes al comienzo del partido, metiendo un cámara en el vestuario para grabar las instrucciones finales de los entrenadores, entrenadores que llevan un micro durante el partido por lo que se puede escuchar sus comentarios o son entrevistados en alguna ocasión tras un tiempo muerto. Tienen en los estudios hasta un árbitro retirado que explica a la perfección las jugadas polémicas que surgen en el partido. Las repeticiones de las mejores jugadas en diferentes ángulos demuestran que el número de cámaras que usan para cubrir la realización de un partido es muy superior a lo que se hace aquí.

¿Cuál de estos detalles que acabo de explicar es imposible copiar por la ACB Y Televisión Española, canal que tiene los derechos de la retransmisión de la final de nuestra Liga? Esto me produce un enorme sentimiento de pena, pena por el trato que recibe nuestro deporte por la televisión pública y lo mal que cuida su negocio la ACB. Y no sólo por la falta de imaginación en la retransmisión de los partidos. Los horarios que se han elegido para el comienzo de los partidos es una gran falta de respeto para los aficionados al baloncesto. Estoy seguro de que tanto la ACB como TVE son los que más se alegraron de que esa final la disputaran los dos equipos de los clubes de fútbol más potentes de nuestro país. Pues ni aún así han sido capaces de vender una final entre Real Madrid y FC Barcelona. Es una pena porque creo que hay producto y falta saber venderlo y poner más cariño para hacerlo. En fin, disfrutaremos de este play off final que empezó el viernes y sigamos admirando lo que hacen en la NBA. A ver si algún día aprendemos.