Desde que nuestro equipo de grafiteros armados de pintura y brocha empezara acondicionando las paredes de la calle Pacífico 19, hemos sido testigos de los progresos en la creación de ese mar imaginario, frente al Mediterráneo, que hoy se mira en él como en un espejo. Hemos visto surgir de mente y manos de artistas geniales estatuas, peces, corales, barcos hundidos, caracolas, tortugas marinas y una deliciosa sirena al acecho de navegantes incautos, convertidos ahora en protagonistas mudos de cientos de fotografías de gente que posa satisfecha junto a un mural que refleja no sólo un trozo de vida marina, sino un reflejo de la belleza malagueña.

No sólo en Pacífico hemos comprobado el esfuerzo y calidad técnica y humana de un grupo de jóvenes artistas que con spray en mano cual pincel sobre lienzo han hecho frente al viento y la lluvia y a las interminables horas de sol que nos acompañan este verano. Sin reparar más que en su mirada artística, han poblado de color y belleza paredes de Lagunillas, escaleras y muros de la hasta hace poco fea subida al campus de El Ejido desde calle Dos Aceras y han dado vida al único espacio sin alma que perduraba en nuestro Paseo del Parque: La trasera del recinto Eduardo Ocón, oscura y sucia hasta hace nada.

Conforme estas maravillas toman forma es fácil soñar cómo podríamos construir una Málaga más bella, convirtiendo paredes insulsas y ensuciadas, todo hay que decirlo, y muros desvencijados sin vida en una oportunidad para reivindicar nuestro pasado, contando el paso de pueblos y culturas o plasmando por qué no a un Picasso subido a un andamio spray en mano o a un Antonio Gala acariciando su bastón mirando a La Alcazaba€ Los verdiales, con una panda en acción con todo su colorido, los marengos tirando del copo en las playas paleñas o el cenachero corriendo descalzo por El Perchel encontrarían una oportunidad integrándose en esta ruta de arte urbano sobre cal y cemento para perdurar y acercarse a la gente más joven.

Aun así, el auténtico sueño que compartimos unas cuantas mujeres de Kartio y hemos contagiado en la Asociación Arrabal y también al equipo responsable del área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento es que este virus artístico-cultural, esta apuesta por la estética, la acción social y la participación vecinal afecte a toda la gente de Málaga. Es momento de tomar conciencia: La ciudad nos pertenece a todos y la implicación de cada uno de nosotros resulta esencial para hacer de ésta un lugar más habitable y limpio, un espacio acogedor, sin basuras en las calles, sin vehículos ocupando zonas peatonales. Un enclave en el que se produzca un verdadero encuentro intergeneracional donde la chiquillería se arremoline entorno a un grupo de jóvenes para aprender a pintar sueños, trazando verdaderas obras de arte accesibles a todos, y descubra así que con su esfuerzo y tesón los sueños pueden convertirse en realidad. Sueños como el de «Málaga Más Bella» que estamos disfrutando.

*Concha Belmonte es secretaria de la asociación Kartio