Hacer política o trabajar en política es gestionar de una manera óptima la cosa pública. Teresa Porras la concejala del PP, para hacer política, dijo el otro día que en la feria el botellón no existe y también dijo que las niñas van con las bragas en la mano.La oposición en el Ayuntamiento, salvo Ciudadanos, ha dicho que lo de las bragas en la mano denigra a la mujer, entiendo que también en ejercicio de sus funciones políticas. Es la política de feria, de unos y de otros.El problema de Teresa Porras no es que mienta o sea soez, que también, el problema es que no se dedique a lo que le toca, que es gobernar, y para ello tiene leyes, ordenanzas, normativas y a la policía. El problema del PP no es Teresa Porras, que también, el problema es que dos personas como Francisco de la Torre, y Elías Bendodo, con vocación de gobierno y, quiero creer, con un mínimo de concepto de ciudad, la mantengan ahí.

El problema de la oposición no es que lleve años sin proponer una alternativa y ni tan siquiera parecerla, que también, el problema es que usen la bandera del feminismo para atacar a una concejala, con lo que por un lado no van al problema de raíz y por otro, dejan claro que la mujer les importa una higa, pues toman su nombre en vano.Es la feria, la feria de la política, en la que todo se compra y todo se vende, y si los puestos en las listas tienen tanto tráfico de intereses, luego no nos podemos sorprender de que las declaraciones tengan el nivel que tienen. Fulano es que nos asegura .5000 votos, Mengano es que controla a los bares de aquella zona y recauda mucho para la campaña... Si la elección de las «élites» (entiendan el entrecomillado) se hace por esos criterios, no le pidan peras al olmo. Como muestra el debate de altura de nuestra Málaga: «La feria fetén y lo del Botellón, ná de ná y ellas con las bragas en la mano». «Oye que somos socialistas, feministas y pasábamos por aquí». Ahora pediremos alguna capitalidad europea... Y así todo.