Este domingo, a Dios gracias, termina la matraca de las elecciones catalanas. En la noche del domingo empieza la hora de la verdad. Esperemos que haya políticos, y no mamporreros, con suficiente alturas de mira para sentarse a negociar, a abrir la puerta del diálogo y enterrar, si es posible, las profundas heridas abiertas en una campaña llena de navajazos, golpes bajos y en la que más han valido las emociones y las sensaciones que la realidad. Nivelazo, oiga. Entre butifarras, látigo sexual, platos, vasos y merdellonadas, como se dice por nuestra bendita tierra, los catalanes están en el ojo del ciclón, sin saber qué pasará mañana porque lo que no sé, y me imagino que una gran mayoría de catalanes, es cómo se va a cocinar el futuro, con un Artur Mas que huele a cadáver político (iam fetet -ya huele- le dijo María a Jesús sobre su amigo Lázaro, muerto hacía cuatro días) y un Mariano Rajoy esclavo de su indolencia y de su tenebrosa capacidad para dejar para mañana su manifiesta repulsa por el diálogo y el entendimiento. Ninguno de los dos tiene plan B, aferrados como están a sus posiciones bunkerianas y ambos dos con el peso de la corrupción en las entrañas.

Dicho lo cual, queda esperar que haya un soplo de inteligencia y sensatez como ha pedido el exministro socialista Borrell que ha tenido la virtud, lo que no es poco para los tiempos que corren, de sacarle los colores por las falsedades y mentiras por la que ha transitado la campaña gracias a Mas y Rajoy, principalmente. Tanto uno como otro están llamados a instalarse en el cementerio de elefantes, donde hace años que deberían haber entrado.

Lo digo sin pudor, si pudiera votar lo haría por el socialista Iceta que, bromas aparte de su conocida tendencia al baile discotequero y al karaoke, se ha mostrado en esta campaña como el más sensato, serio y fundamentado para poder construir la Cataluña del futuro, dentro de una España federal. Veremos.

En cualquier caso, los resultados que dictan las encuestas van en consonancia de lo que ya estamos viviendo en Andalucía con un parlamento fraccionado, necesitado de consensos para gobernar. En estos últimos, días en la Cámara andaluza se viven momentos propios de quien se ve necesitado de ajustar apoyos si quiere sacar adelante leyes consensuadas o que, al menos, gocen de mayoría para salir adelante. Lo mismo sucede con la creación de comisiones de investigación, caso de los cursos de formación. Con un fraccionamiento mayor en el Parlament catalán en el que será difícil mantener unidas posiciones tan dispares como son las de Artur Mas (derecha conservadora de Convergencia), las de Oriol Junqueras (republicanos e independistas de izquierdas), los que emanan de Raúl Remueva (ecologistas e izquierdas radicales) más otros colectivos de la vida civil catalana envueltos en la estelada, el panorama que se presenta es como para atarse los machos. Veremos.

Esta noche se entregan en Sevilla los premios Andalucía de Turismo. En su rama de comunicación será este periódico, en el que firmo y vi nacer, el que lo recoja. La Opinión de Málaga mantiene especial sensibilidad informativa y analítica por el turismo, la industria andaluza que más aporta al PIB interior. Será su director quien suba a recoger la estatuilla que representa al joven vocero, vendedor de periódicos, tal y como se hacía a principios del siglo pasado y hay que felicitarse, lazos familiares aparte, por el tremendo esfuerzo que a diario hacen los periódicos en Andalucía y en el resto de España para seguir saliendo cada mañana. Enhorabuena al director y su equipo porque tal y como se recoge en el acta de concesión del premio han sabido hacer de la información turística columna vertebral del periódico.

P.D.- (1) Cien días de Susana Díaz como presidenta del Gobierno andaluz. Después de sus vacaciones maternales, ha vuelto con fuerza, con ideas muy claras, marcando el paso en lo que verdaderamente importa a los andaluces: crear empleo y mantener el estado de bienestar. La piedra de toque será la elaboración del presupuesto del próximo año. Y no lo tendrá fácil.

(2) La Púnica, con nuevos 40 políticos llamados a declarar, se ha convertido en el peor talón de Aquiles de Mariano Rajoy. Y Esperanza Aguirre yéndose de rositas, hasta que sienta la china en el zapato.

(3) Y la Gürtel toma carta de naturaleza en Andalucía con la imputación de la exalcaldesa del PP de Jerez García Pelayo. No se ha hecho más que destapar la olla. Lo peor está por venir cuando Bárcenas empiece a mover los menudillos.