Es una pena que hace días Jose María Aznar se mostrara poco amigo de reformas constitucionales, porque eso le limita a la hora de defender una enmienda a la Constitución USA que permitiera la elección de un presidente no-nacional-aunque-sí-del-Imperio (algo por otra parte lógico en términos de reciprocidad: si USA manda en el Imperio que los súbditos podamos ser allí electores y elegibles). Y es pena sobre todo para él, pues sería un candidato por el Partido Republicano muy superior no ya a Donald Trump (cosa bastante fácil), sino a Jeb Bush y Marco Rubio, que en la misma entrevista dice son sus preferidos por hablar español. Él habla mucho mejor el español (además del catalán en familia), tiene un cuerpo de doctrina para Iberoamérica no lejano del de Theodore Roosevelt (el «Big Stick») y creo que al citar a Jeb y Marco lamentaba íntimamente no poder presentarse allí a primarias.