Sin excusas. Elías Bendodo, en una hábil maniobra política y empujado por una concejala de Ciudadanos de Cártama, ha desarmado dos de las principales razones que esgrimía el gobierno andaluz para no abrir el Centro Hospitalario de Alta Resolución (Chare) del Guadalhorce. La Diputación de Málaga y el alcalde socialista de Cártama han tardado tres días en solucionar un conflicto interesado y alimentado durante tres años por parte de la Junta de Andalucía para tener una excusa con la que librarse de la apertura inmediata del centro hospitalario. Gambeta tras gambeta el gobierno andaluz ha ido sorteando rivales y en estos tres años nunca quiso buscar una solución para financiar la instalación del suministro eléctrico y la construcción del vial de acceso al centro hospitalario que debe pagar el Ayuntamiento de Cártama. Es incomprensible que nadie del PSOE de Málaga, que ningún parlamentario socialista o que Miguel Ángel Heredia y Francisco Conejo hayan alzado la voz durante todo este tiempo para mediar y obligar a que la Junta de Andalucía abra de una vez este centro hospitalario terminado y que se levanta en medio de la nada en el municipio de Cártama. Esta desidia no es nueva. Ya se cocinó en las escuelas de hostelería. La Junta de Andalucía se empeñó en los últimos dos años en cargarse el prestigio de La Cónsula y la Fonda y así devoró de forma incomprensible una de las marcas de calidad creadas por la propia Junta de Andalucía. Qué esquizofrenia. Competencias que pasan de Empleo a Educación y de Educación a Empleo. Un embrollo difícil de explicar si no fuera por la inmensa y mastodóntica burocracia.

Ahora se han quedado sin coartada, sin cortina de humo. Ya no les servirá las gambetas para escaparse de los ciudadanos de la comarca del Guadalhorce, de las plataformas pro-hospital, de la oposición o de los medios de comunicación. El PSOE de Málaga y el gobierno andaluz tienen la obligación moral y política de incluir en los presupuestos andaluces de 2016 una partida presupuestaria que permita abrir sin más excusas el hospital el próximo año. Sólo queda esperar que la Junta de Andalucía no dilate más el nuevo escenario y que cuando reciba el nuevo borrador y la adenda del convenio pactado entre la Diputación y el Ayuntamiento de Cártama sean más ágiles y diligentes que en la tramitación de la regularización de los chiringuitos.

Han pasado once años desde que el expresidente andaluz Manuel Chaves prometiera delante del expresidente Zapatero en el teatro municipal de Álora que el Guadalhorce dejaría de ser la única comarca de Málaga que no tuviera un hospital. En este tiempo hemos comprobado el proverbial dinamismo del ejecutivo andaluz a la hora de ejecutar sus inversiones y tras terminar con retraso un excelente centro sanitario, que ha costado más de treinta millones de euros, el edificio permanece equipado en medio de una huerta y donde un gran cartel anuncia con luces de neón «Hospital Comarcal Valle del Guadalhorce».

En pocos meses se comprobará la voluntad política del gobierno andaluz con este proyecto. Ya en los presupuestos de 2015 dejó sin partidas a este centro (se justificó diciendo que habría partidas específicas del Servicio Andaluz de Salud) y lo único que quedó claro, por decir algo, en la primera visita a Málaga del consejero de Salud, Aquilino Alonso, es que el centro se abrirá «en breve» y por «fases».

Lo más honrado hubiera sido explicar desde el principio que Salud carece de presupuesto para dotar al hospital de personal. En el centro está previsto que trabajen unos 300 profesionales entre categorías sanitarias y no sanitarias, y aunque desde el Clínico se le de soporte con especialistas, el centro requiere de una plantilla mínima para poder funcionar. Y todo esto requiere tiempo y presupuesto.

El guante ya lo ha recogido el delegado del gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, que asegura que la voluntad es abrir el centro hospitalario cuanto antes y que se reunirá con Bendodo para tratar la adenda del convenio que permita acabar con este bochornoso episodio. Nunca una carretera de unos cuantos metros y un sistema eléctrico dieron tanto que hablar y sólo habrá que esperar a los presupuestos de 2016 para comprobar que la voluntad de la Junta de Andalucía es cumplir con una promesa lanzada en 2004. Por lo pronto tienen el hospital acabado, con luces de neón incluidas, ahora solo falta dotarlo de personal para atender a una comarca con más de cien mil personas. Veremos.