Ya está todo en marcha. Atrás han quedado seis semanas de intenso trabajo para cuadrar unas competiciones elaboradas a la medida de los participantes. A la carta. Desde alevines a sénior, el balonmano malagueño disfruta desde hace dos semanas de una agenda competitiva que prácticamente les va a ocupar ocho meses respetando los descansos que el calendario escolar propone. Paralelamente también se ha dado el pistoletazo de salida a la Liga Benjamín que la Diputación Provincial de Málaga vuelve a patrocinar y que viene a solucionar los importantes problemas logísticos y económicos que buena parte de los equipos inmersos en esta categoría tienen.

La cohesión de este género mediante un sistema de concentraciones itinerantes, sin la presión de los resultados y con un objetivo participativo, está dando grandes e importantes resultados ya no solo en ese aspecto, con un exponencial crecimiento, sino posibilitando la incorporación de nuevas escuelas que en su mayoría se encuentran sumergidas en un trabajo de captación y adaptación a la competición.

Todas estas actividades vienen aderezadas por la Escuela de Tecnificación Pérez Canca, que hace algunos días retomó su actividad en la pista auxiliar del Palacio de los Deportes Martín Carpena tras la disputa del Campeonato de Andalucía de selecciones infantiles y la puesta en marcha de las Escuelas Deportivas Municipales de Balonmano que también llevarán el nombre de nuestro querido «Pepelu» Pérez Canca. Se trata en definitiva de no caer en el error, en el olvido, y de poner en valor el importante legado que uno de nuestros principales embajadores nos ha dejado. De rendir un tributo, un homenaje permanente, para que su trayectoria deportiva y personal quede grabada de generación en generación.

A pesar de haber reaccionado con rapidez dando estos pequeños pasos, creando incluso un premio que llevará su nombre, buena parte del balonmano malagueño, andaluz y español pide más. Solicita que un templo de nuestro deporte, Carranque, cambie de denominación y reciba el nombre y los apellidos de «Pepelu». Es de justicia. Y tengo que reconocer con alegría el valioso papel de José Luis Ruiz Espejo, delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, por la sensibilidad y el entusiasmo mostrado con este asunto. Así como el de las principales instituciones de la ciudad, a Francisco de la Torre y Elisa Pérez, alcalde y edil de Deportes del Ayuntamiento de Málaga, respectivamente, el de Elías Bendodo, presidente del ente supramunicipal, y el de las decenas de clubes de la ciudad, incluso de otras modalidades deportivas, por su adhesión a esta iniciativa. Da gusto ver cómo todas las instituciones reaccionan con celeridad dando fuerza y dinamismo a la propuesta. A todos mil gracias. A la Universidad de Málaga, a los medios de comunicación, elementos claves para dar a conocer todas estas acciones y en definitiva a los deportistas anónimos, amigos y conocidos de José Luis por apoyar mediante sus firmas esta idea. Lo vamos a lograr. Estoy convencido.

Y para cerrar este ciclo de homenajes, recuerdos y dedicatorias, qué mejor que contar con la selección nacional absoluta en nuestra provincia. Los «Hispanos» volverán a pisar tierras antequeranas diez años después para sumarse a los actos en recuerdo al que fue uno de sus componentes. España se concentrará del 26 al 30 de diciembre en la ciudad del Torcal para preparar el Europeo de 2016, reforzar la candidatura del Sitio de los Dólmenes para que consiga la declaración de Patrimonio Mundial de la Unesco y llevar la ilusión por el balonmano a una ciudad que vivió épocas gloriosas en la Liga Asobal. El domingo 27 de diciembre Antequera volverá a vestirse de gala. España y un combinado de la AJBM jugarán un amistoso. El Fernando Argüelles rezumará balonmano por todas partes. En la mente de todos, José Luis Pérez Canca. El sueño, que Carranque obtenga su nombre.