No es la primera vez que Cristiano Ronaldo insinúa que se puede marchar del Real Madrid antes de finalizar su contrato. En realidad, desde su segundo año en España no ha parado de enviar guiños a la Premier League y, sobre todo, al Manchester United. Lo que ha cambiado esta semana es la escenificación. Horas después de la publicación de sus declaraciones a la revista alemana Kicker dio pie a más rumores con sus cuchicheos públicos con Laurent Blanc.

Ronaldo sabe que el PSG es uno de los pocos clubes con músculo financiero para poder afrontar su fichaje. Y el dueño del club francés, Nasser Al-Khelaifi, es consciente de que para aspirar a contratarlo necesita de su complicidad. Queda por conocer la postura del Madrid, pero la reprimenda de Florentino Pérez el martes, sabiendo que una cámara de televisión lo recogía todo, da que pensar.

Florentino Pérez y sus hombres de confianza llevan un par de años preparando el Madrid post-Cristiano. De ahí el fichaje de Gareth Bale y James Rodríguez, dos futbolistas con proyección mundial. La complicada ampliación de contrato de Ronaldo pareció aplazar el plan, pero ahora todo puede precipitarse. El portugués está a punto de cumplir 31 años y el Madrid maneja unos estudios médicos y físicos que avalan el declive de Cristiano Ronaldo.

Un traspaso multimillonario al final de esta temporada podría contentar a las dos partes. Pero Florentino Pérez necesita protegerse de la probable reacción negativa de sus socios y aficionados haciendo ver que no conviene retener a CR7 contra su voluntad. De momento, con todos los títulos de la temporada en el aire, desde el club intentan calmar los ánimos. O eso parece a la vista de la versión que el Madrid trasladó a sus medios afines, según la cual lo que Cristiano le dijo a Blanc al oído fue: «Habéis jugado muy bien. Ojalá nos veamos en la final de la Liga de Campeones».