La minoría tiene estas cosas, que uno no puede decidir lo que quiere. La negociación se impone hasta para dar un paseo y con quién. El acuerdo se convierte en la única política posible. Espero que alguien del grupo municipal del PP lea estas líneas, aunque no llegue al final, y caiga en la cuenta de que las cosas han cambiado mucho. No es lo mismo tener mayoría absoluta que sólo 13 concejales frente a los 18 de la oposición. Una proporción que obliga al acuerdo si no se quiere estar nominalmente en el gobierno, pero sin posibilidad de decidir en los temas claves.

Esto viene al caso porque parece que hay concejales, incluso el mismo alcalde de Málaga, que dan la impresión de que no se han terminado de amoldar a la situación actual. Los años de mayoría absoluta han creado la costumbre de gobernar con una línea política claro. Ahora cada paso necesita del acuerdo de al menos uno de los grupos municipales. Si se actúa por su cuenta, revolcón en las votaciones y a tragarse el sapo que corresponda. Onda Azul y Limposam son dos claro ejemplos de lo que puede ocurrir a lo largo de este mandato. Ya no hay seguridad. Sólo necesidad de consenso.

El PP tiene este problema y necesita recuperar la confianza de Ciudadanos si quiere obtener un apoyo estable durante todo el mandato. El juego a dos bandas, utilizando el apoyo del PSOE o de Ciudadanos según los intereses de cada uno, le puede pasar factura y que al final se quede sin ninguno. Por ahora el PSOE ha jugado inteligentemente esa necesidad de votos a favor del PP en determinados asuntos. Ciudadanos, más bisoños en estos de la política municipal, se han llevado varios palos, aunque parece que van aprendiendo. Ya no se fían. Ya no es Don Francisco. Ha desaparecido esa admiración y respeto inicial. Ya es Paco y hay más resentimiento que confianza. Y quedan las elecciones del 20-D, que pueden alterar el reparto de fuerzas a nivel nacional. Pero el primer gran examen será final de año, plazo impuesto por Ciudadanos para la renovación de los directores de distrito, a lo que se resiste el PP. Qué ocurra a 31 de diciembre puede ser clave para el futuro del Ayuntamiento. 13 frente a 18. Es para pensárselo.