La izquierda y la derecha, por Gustavo García-Valdecasas Cano

Hago memoria de hace más de 50 años; la hago porque recuerdo que la izquierda era perseguida, castigada, vapuleada por toda la sociedad, incluidos los religiosos caóticos de la época.

La derecha era la buena, la que nunca se llevaba castigos, a la que nunca se la tildaba de mariquita, ni degenerada, la derecha era una bendición, no sé de quien, pero lo era.

Van pasando los años, y parece que hay más gente con la izquierda, en todas partes, ya no se castiga físicamente, ya no se vapulea, y se le da un aire como filosofal, pero la realidad cotidiana, es que sigue siendo menospreciada a todas luces.

Y ahora, ya en el siglo XXI, con los avances de la ciencia, con la tan aireada igualdad, parece que todo va a peor, y me explico, váyase a un restaurante, a tiendas, tienditas o macrotiendas, todo sigue para la derecha; váyase a cualquier edificio, la barandilla a la derecha, cualquier alimento envasado para abrirse con la derecha, los cubiertos, unas tijeras, todo para la derecha, y para colmo los que son de la izquierda, pero por avatares de la vida solo pueden funcionar con la derecha, tienen que asumir que la izquierda, para nada les sirve.

En definitiva, todo lo que tenga que ver con la izquierda, sigue sin solución, hasta para los que escriben de izquierda a derecha, se les discrimina; dicen que los de la izquierda suelen ser más inteligentes, ¡pero para lo que les sirven!

En este artículo cualquier identificación con la política es pura ficción, tan sólo defiendo la igualdad que debiera existir entre izquierda y derecha, ventaja tan sólo para los ambidextros, porque escribo sobre personas que son zurdos y diestros, sus manos, no me vayan a interpretar otra cosa.