Para qué vamos a engañarnos, es imposible que la cultura sea un mar que lo baña todo, pues si fuera masiva siempre habría una minoría más culta que consideraría lerda a la masa. Pero, si no un mar, la cultura puede ser un lago entre montañas, o al menos una charca de buen tamaño. En España sólo hay charquitos de cultura, y nadie hace nada por llamar a la lluvia. Ese es el problema de fondo de nuestro cine, nuestra música, nuestras artes plásticas y nuestra literatura. Por eso vivir del arte es imposible, o sinónimo de vago. En el caso del cine, las mejores películas sólo llegan a cuatro salas de grandes capitales, y algunas ni siquiera a España. Tal vez un día los poderes públicos caerán en que una sociedad culta es ya sólo por eso una sociedad desarrollada, o que el prestigio de la marca España y hasta el crédito-país dependen mucho de esto, pero ese día parece cada vez más lejano.