El sector inmobiliario empieza a desperezarse a la vista de las señales de reactivación que se detectan en el mercado. Las ventas de viviendas suben mes a mes y, a pie de calle, se ve algo más de alegría entre la clientela, aunque todavía es el comprador extranjero, y no el nacional, el que apuntala la incipiente demanda. Pese a la incógnita en torno al impacto de la derogación del PGOU de Marbella, todo apunta a que 2016 será definitivamente el año en que las grúas vuelvan a Málaga para iniciar nuevas promociones de viviendas que releven un stock al que, por fin, se le ve fecha de caducidad. La semana pasada Tinsa ya señalaba que Málaga es una de las provincias españolas que más rápidamente terminará de dar salida al excedente de viviendas heredado del boom inmobiliario y, por lo tanto, una de las zonas en las que es necesario empezar ya a construir nuevas promociones, calculando que un proyecto puede requerir de un periodo medio de maduración de dos años. Según Tinsa, en Málaga hay 12.775 viviendas que fueron construidas a partir del año 2008 y que aún permanecen vacías (sin vender ni alquilar), cifra que representa el 23,4% de las 54.500 que se edificaron en ese periodo. La cifra no asusta demasiado, sobre todo porque con los actuales ritmos de venta estaría finiquitada como mucho para 2018. Y hay zonas claves como Marbella, Benalmádena, Torremolinos o la propia capital donde el stock se considera ya residual, por lo que se requiere nueva oferta casi de forma inmediata. Desde hace meses, algunos grupos internacionales han venido realizando algunas promociones destinadas a segunda residencia. También se empieza a promover en los suelos en manos de los bancos, hasta ahora en estado de hibernación. La Sareb, el conocido como el «banco malo», anunció hace unos días la promoción de 150 viviendas en Málaga capital repartidos en tres proyectos. Y este pasado miércoles, Aliseda, del Banco Popular, comunicó que en 2016 acometerá varias promociones en el litoral malagueño, entre ellos unos 220 pisos en Mijas. Algo se mueve, sí, teniendo además en cuenta que el número de visados ante el Colegio de Arquitectos se ha triplicado en 2015 y que la patronal ACP también habla de un inminente retorno a la actividad. Siempre que todo se haga con tino y sin caer en el riesgo de una nueva burbuja, será una buena noticia para Málaga y el empleo.