Les confieso que vivo con miedo, más bien con pánico, a volver a recibir una foto en el móvil y que al abrirla aparezca el negro de la churra grande, y si usted tiene WhatsApp y algún amigo tan bromista como desalmado sabrá perfectamente de qué le hablo.

Para quien no lo sepa se trata de un montaje fotográfico que se ha hecho viral y que consiste en manipular una imagen para que en la pantalla del teléfono se vea algo llamativo y, para cuando tu curiosidad te pida más y abras la imagen, se despliegue antes tus atentos y ávidos ojos un falo de ébano que, con permiso del portentoso Rasputín, quita el hipo. Aunque yo me atrevería a decir que quita el hipo, las migrañas, el colesterol y el amor propio.

La imagen no tiene desperdicio (entiéndaseme) y bien podría formar parte del monologo de Camilo José Cela sobre el cipote de Archidona, aquel famoso soliloquio en el que el Nobel de literatura describía el descomunal miembro viril de esa zona malagueña con la exactitud propia de tan insigne estudioso: «Muy señor mío y amigo, le agradezco como español y patriota su generoso diagnóstico sobre la musculatura de la pija hispánica, orgullo del país y espejo de foráneos. Como jamás negué mi colaboración a la ciencia ahí van los datos que me pide. De forma cilíndrica o quizá troncocónica el cipote de Archidona da en estado de lucimiento y descapullez las siguientes medidas: diámetro de la base 8,5 cms, longitud 42 cms, diámetro de la cúspide 7,6 cms. Que los clementes dioses lo bendigan».

Ya ven, por lo visto el tema de la desproporción genital no es tan novedoso como sí lo es el hecho de encontrártelo a traición, porque una cosa es asistir a una conferencia sobre urología y otra bien distinta es intentar echar una siesta y justo antes de abrazar a Morfeo recibir la imagen de un idílico paraíso que al expandirlo se convierte en la madre de todas las mangueras. Insomnio asegurado.

Este nuevo fenómeno sociológico ya ha alcanzado cotas insospechadas y últimamente ha impregnado casi todos los ámbitos. En estas semanas he visto al negro trípedo insertado en un bote de Colacao, sustituyendo a Soraya en el debate a cuatro, en una foto del despacho del rey Felipe, en una llamativa y ficticia portada del Marca que no daba al Madrid por eliminado de la Copa y en un christmas navideño. Todo de lo más imaginativo y variopinto.

Créanme que no ha sido fácil tratar este tema sin caer en la ordinariez, en lo soez, pero se trata de un asunto que nos afecta a casi todos y como tal no debe ser desterrado. Conste que emulando humildemente al gran Carlos Herrera, conocido en nuestro sur como Carlorrera, cuando abarca los mundos intestinales y sus secretos, yo lo hago desde estas líneas en pos de la ciencia, con un ánimo filantrópico para que todas las personas de buena condición puedan estar precavidas y eviten en lo posible tamaña y ciclópea visión, no vaya a ser que la imagen se les incruste en el cerebro y en vez de cantar estas fechas 25 de diciembre fun fun fun se pasen toda la Navidad tarareando como Wilfrido Vargas aquello de mami qué será lo que quiere el negro.

Todo sea por la ciencia y por preservar intacto el espíritu navideño.