Hace poco coincidí con un amigo al que hace mucho tiempo que no veía. Después de la alegría del reencuentro y contarnos nuestras vidas, mi amigo, que ya tiene hijos, me contó lo que le ha pasado a su hija. Ella juega a baloncesto, como no podía ser de otra manera siguiendo la tradición familiar. Lo hace en su colegio, con sus amigas y compañeras de clase. Esto es una decisión muy apropiada si en el colegio se hace buen baloncesto.

El caso es que las chicas han conseguido clasificarse para un campeonato importante. Esta razón, que debería ser una alegría para chicas, entrenador, padres y colegio, se convierte en un problema cuando sólo pueden inscribirse doce para esta competición y hay que dejar algunas niñas sin viajar por tener un número de jugadoras mayor.

¿Por qué hay que llegar a esto? ¿Quién se pone en el pellejo de esas chicas que no viajarán al campeonato? ¿Por qué convertimos el baloncesto en un problema para esas familias? Seguro que todos sabemos que la vida es una continua competencia y que los chicos deben aprender esto y prepararse. Pero, ¿ya con diez años? ¿Cuál es el criterio que ha seguido el entrenador para decidir qué jugadoras no participarán? Hombre, si hay algunas que su compromiso con el equipo durante el año ha sido menor por las circunstancias que sean, podría aceptar que estas niñas fueran las descartadas. Aceptar, que no compartir porque en un porcentaje muy alto de las ocasiones el compromiso para asistir a entrenamientos y partidos es más de los padres, que deben llevar y traer a los niños, que de los propios niños. Seguro que si por ellos fuera no faltaban a ningún entreno. Incluso entrenarían un cuarto día.

Pero si la decisión es deportiva, si las chicas que no acudirán al campeonato serán las menos hábiles en el juego (según el criterio del entrenador) me parece de muy difícil comprensión. ¿Y cómo se lo explicas a las jugadoras? ¿Qué le dices, que no la convocas porque es la más mala? ¿Y esto es por culpa de la niña? ¿El entrenador no tiene culpa de esto? ¿Él no es el responsable de enseñar a esas niñas a jugar baloncesto?

Entiendo que todos los jugadores no son iguales. Unos tienen mayor habilidad y otros menos. Unos llevan más temporadas jugando y otros menos o acaban de empezar. Unos juegan más y otros menos. Pero todos juegan, todos deben sentir que su participación en el equipo es de gran importancia y, sobre todo, todos deben ser tratados de la misma manera.

En un caso como este en el que se puede hacer mucho daño a un niño y a una familia, la honestidad es lo primero. Quizás se podía evitar el problema si, sabiendo que tienes opciones de acudir a un campeonato donde sólo pueden participar doce jugadoras, construyes el equipo con sólo doce jugadoras. Es evidente que muchas veces esto no es posible. En tal caso es mucho más conveniente que en los primeros días de entreno te reúnas con las familias de las chicas que consideras no acudirían al campeonato en caso de clasificarte para la competición. De esta manera las familias saben a qué atenerse y tienen meses para prepararse cuando llegue el dichoso momento de viajar. Sin duda que, llegada la fecha, la desilusión no iba a desaparecer pero, cuando menos has sido honesto.

También tienes toda la temporada para pelear con la organización de la competición, buscando que puedas inscribir en esa fase final a todas tus jugadoras. Que viajen todas aunque sólo puedan jugar doce y vayas rotando a las niñas para que todas jueguen algún partido. Personalmente antepondría esta decisión aunque no me permitieran ganar la competición por no cumplir esa absurda norma de que sólo pueden jugar las mismas doce. O incluso no participar si no voy con todas.

Y este es el fin de la cuestión. ¿De verdad puedes pensar que porque dos o tres chicas no jueguen vas a ganar? ¿Es que ganar es lo más importante? Y lo que más me cuesta creer, ¿los padres de las niñas que sí acudirán al campeonato no van a decir nada? ¿No se oponen? ¿Qué pensarían si fuera su hija la que no fuera convocada? Y lo más grave, ¿el colegio no se pronuncia? ¿No tiene nada que decir en este asunto?

Posiblemente deberíamos plantearnos que estamos perdiendo un poco el norte. ¿Hasta dónde vamos a llegar...?