El Barcelona se ha asentado en el liderato, otra vez en solitario, tras deshacerse de su más inmediato perseguidor, el Atlético, a la espera de si es capaz de ganar el encuentro que le queda pendiente en el Molinón, además de los dos entre medias que deberá disputar (Levante y Celta), y la ventaja adquirida le otorgue mucha confianza para revalidar el título.

Hace algo más de un año, la visita del Atlético al Camp se presentaba para el Barcelona como una espada de Damocles para una entidad que se había envuelto en una crisis mayúscula tras una anterior derrota ante la Real Sociedad. Un año después, el regreso del Atlético se presentaba como una gran oportunidad para dar un golpe de autoridad en la Liga. Y así parece que ha sucedido. La hecatombe hacia la que parecía dirigido el equipo de Luis Enrique hace poco más de un año enderezó el rumbo con un gran partido de los azulgrana ante el equipo del «Cholo» Simeone, que llegaba a Barcelona para pescar en río revuelto.

Eran pocos los que confiaban que el Barça entonces supiese levantarse tras la situación de inestabilidad de la entidad, pero al Barça le salió un partido que ni pintado. Fue el que para muchos quedaría como la puesta en escena del tridente azulgrana -marcaron Neymar, Suárez y Messi- y el despegue definitivo del equipo catalán hacia una temporada que acabó de la mejor forma, con un triplete de títulos: Liga, Copa y Liga de Campeones.

Justo un año después, el Atlético de Madrid volvió al mismo escenario pero entonces el Barcelona ya estaba persiguiendo otros objetivos, mejor asentado y con un sosiego en su entorno que no existía por estas fechas la temporada anterior. Con el nuevo triunfo azulgrana frente a los colchoneros (2-1), el equipo de Luis Enrique obtiene muchos éxitos, como el de regresar al liderato en solitario, confirmar el buen momento de resultados y marcar una tendencia ganadora, que le encara también hacia un récord: el de partidos seguidos sin perder.

La escuadra blaugrana ha encadenado desde la última derrota (Sánchez Pizjuán, 2-1) un total de 26 partidos sin perder, en los que ha ganado 21 y ha empatado 5. Ahora mismo, la marca está justo por debajo del registro del Barça del holandés Rinnus Michels en la temporada 1973-74 con 27 partidos sin perder (20 victorias y siete empates), mientras que el récord absoluto está en manos del Barça de Josep Guardiola de la temporada 2010-11, con 28 partido sin conocer la derrota (23 victorias y 5 empates). Los nuevos registros llegan justo en un momento sorprendente, ya que la cuesta de enero se preveía muy dura para los azulgrana, que venían de disputar el mundial de clubes, con el cansancio asociado que conlleva este torneo en Japón.

De hecho, tras la victoria en la final de Japón contra el River Plate (0-3), el equipo de Luis Enrique ha encadenado nueve victorias y un empate, todo ello inmerso en un calendario muy exigente.

Tras haber firmado el segundo triplete de su historia, el Barcelona de Luis Enrique parece que no tener suficiente en este nuevo curso, y en breve se le presenta la oportunidad de alcanzar la final copera, a la espera de la suerte que corra en la Champions contra el Arsenal y en la Liga.