Historia de un parque, por Gustavo García-Valdecasas Cano

Desde hace, al menos 34 o 36 años, que se dijo, y yo lo plasmé en varias ocasiones en prensa, que esos terrenos debieran convertirse en una gran parque arbolado, jacarandas entre otros, y decorado con plantas autóctonas. Ya dije, y apoyado por técnicos tanto públicos como privados, que «una vez pasados más o menos 15 años, tendrían que removerse las tierras y poner nuevas porque los efectos nocivos que resultaren de los grandes depósitos, probablemente tenían envenenadas esas tierras, y lo que se plantare sin tomar las medidas preventivas no llegarían a un desarrollo natural; y con respecto a edificar, verbigracia lo mismo con las estructuras, forjas, que no podrían, se pudrirían, por las mismas causas de plantaciones arbóreas. Reitero que yo lo escribí vía prensa (vivía enfrente), pero nadie hizo caso; hoy 34 o 36 años después, ¿se han planteado, primero, que con actuaciones consecuentes se podría crear un pulmón para Málaga?, segundo, ¿construir más rascacielos?, osea seguir envenenando a los ciudadanos, probablemente los que hoy opinan, o eran niños, o no habían nacido, o han conocido nuestra Málaga recientemente, y en cualquier caso aquí lo que parece es que «la pela es la pela». Los grandes solares urbanos a ponerlos a dar dinero, a ganar vía impuestos, pero de salud de la ciudadanía de ese tema ni tocarlo, de hacer prospecciones acordes con lo que hubo, y hay, de eso ni hablar. Y... puestos a construir, ¿han pensado, proyectado un súper ambulatorio -centro de salud- para toda esa zona, para que cualquier ciudadano en un mal momento tenga cerca un servicio eficaz de Urgencias?, ¡ah!, no. ¡En eso pa qué! Es curioso que los políticos plantean con distintas posturas lo mismo, Don Dinero.