Y cuando se despertó... Rodrigo Rato también estaba allí. No se pierde una el exministro y exbanquero y expresidente del FMI. También sale en el embrollo panameño. No parece descansar nunca, si bien ahora su trabajo parece ser defenderse de la Justicia. Según desveló ayer El Confidencial, Rato recurrió en 2013 al bufete panameño Mossack Fonseca, de donde proceden los documentos denominados como los papeles de Panamá, para liquidar las dos sociedades opacas donde guardaba 3,6 millones de euros. Ni en una vida gana alguna gente eso y él lo tenía ahí medio escondidillos como el que no quiere la cosa. A Rato se le acusa de blanqueo de capitales, corrupción entre particulares, delito contra la Hacienda Pública y administración desleal. No es mal currículum. Y pensar que pudo ser el presidente del Gobierno si Aznar lo hubiera elegido a él y no a Rajoy. Semejante ucronía da para muchas fantasías, pero a estas alturas de la cosecha parece claro que Rato no era trigo limpio. Hay quien se nos cae del pedestal en el que lo teníamos (no fue mal gestor de la economía española) y luego está Rato, que se despeñó hace mucho por las escaleras de nuestra admiración y está ahí, aún respetando la presunción de inocencia, enfangado de Bankia y mamandurria y turbio dinero y tarjetazos para darse gusto al cuerpo a costa de los impositores.

Con los papeles de Panamá hay quien dice que no ganamos para sobresaltos, pero la verdad es que algunos para lo que no ganamos es para tener sociedades y fondos opacos y capitales en el extranjero. El otro día emitió una televisión unos cortes de declaraciones suyas cargadas de moralina y fariseismo y adobadas con hipocresía instando a dar ejemplo y a cumplir con Hacienda. Declaraciones de hace años, claro. De cuando parecía saber más que nadie de cómo administrar nuestro dinero cuando en realidad parece que estaba trabajando para incrementar el suyo. Lo de Panamá es como una quiniela. A ver a quién le toca hoy. Sí ganamos para sustos y nos están matando el asombro aunque con Rato ya casi nada nos coge de nuevas. Está en todas.