Los síntomas de la primavera -tormentas, aguaceros, subidas y bajadas de las temperaturas, inestabilidad- acompañan a esta urbe habilitada a sobresaltos, polémicas, conflictos y antagonismos. Así, en el salón de plenos de la Diputación, convertido en coso, se lidió ayer un encierro en la junta ordinaria de abril entre taurinos y anti taurinos bastante bronco, por una moción presentada por Málaga Ahora e IU en contra de las partidas presupuestarias destinadas al orbe taurófilo por esta entidad supramunicipal, siendo rechazada por el PP y PSOE con la abstención de Ciudadanos.

No es mi intención en este artículo entrar en el debate: toros sí /toros no, pero me atrevo a invitarles a todos, partidarios y detractores, a leer el ensayo Filosofía de las corridas de toros, del filósofo francés Francis Woff, en el cual plantea, desde los Diálogos de Platón, un análisis de la Tauromaquia: el primer deber de quien quiere hacer de estudioso es determinar aquello de lo que se habla; hay que decir «lo que es» antes de intentar enunciar «cómo es».

Ello me lleva a considerar sobre los múltiples problemas suscitados por los enfrentamientos sociales. Disciplinas como la Sociología o las Ciencias Políticas hacen referencia a estas disputas y hostilidades entre diferentes colectivos con la finalidad de preservar sus recursos o derechos. Inmersos en una semana dedicada al texto - día 23 de abril, Día del Libro-, valoro los libros como el bálsamo idóneo frente a tantos entornos enfrentados, siguen siendo el medio de transmisión de la cultura y de los conocimientos que genera el humano. Ante tanta rivalidad, apuesten por el libro; como predice el escritor Honoré de Balzac: «Un libro hermoso es una victoria ganada en todos los campos de batalla del pensamiento del hombre». Disfrútenlos. Felicidades lectores.