Cambiar de costumbres, por Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte

Somos animales de costumbres; y detrás de ellas, hay un ejército de personas para su lucro personal. El cambio de hábitos podría modificar el guión de esta función de medio pelo en la que estamos inmersos desde hace bastante tiempo. De esta manera, se podría evitar que siempre ganen los mismos. De nada vale seguir con las costumbres de generaciones anteriores, porque el pelaje que nos corre, no mejora el pedigrí tan vanagloriado en los clanes familiares. Ya saben, si quieren que algo cambie para sacar provecho de sus vidas, cambien de costumbres. También lo podrían hacer en la elección de candidatos políticos a los comicios electorales. ¿Por qué no?

El enredo, por Francisco García Castro

La poesía es un genero menor. Son pocos sus lectores. Lean estos versos de Carla Badillo: Alguna vez me enseñaron a hilar/ desde entonces mi vida/ està llena de enredos. Díganme, ¿ no les da gana de deshilar? Pues de eso se trata. Deshilen. Y, si sabiendo hilar no se atreven a deshilar; sus quejas serán siempre el hilo insignificante de la madeja. Del enredo.