He vivido una experiencia directa de cómo se explotan y se humillan a los trabajadores en el sector de la hostelería, en hoteles y restaurantes, y coincido con quienes opinan que la explotación llega a límites insoportables para cualquier ser humano. En ningún otro sector de la economía se humilla y veja al trabajador con salarios y horarios propios del tercer mundo. Y siempre la misma concertina: o lo tomas o lo dejas. Ahora que arranca el verano y con perspectivas de crecer entre un 4 y un 5% de ocupación bueno es reflexionar sobre el papel de quienes se hacen ricos a costa de explotar al trabajador. No es que sean todas las empresas dedicadas al turismo, pero yo aseguraría que una gran parte gestiona sus beneficios a costa de salarios de pobreza y de horarios propios de consumados negreros. Insisto para que nadie se cabree conmigo: hay empresas y empresarios responsables, que tienen asumido como carta de navegación empresarial tener trabajadores en las mejores condiciones laborales y salariales. Para ellos, mi respeto.

Coincido con el análisis realizado por la presidenta de Andalucía y del consejero de Turismo Francisco Javier Fernández, de la urgente necesidad de que el Turismo tire del empleo y que sea de calidad. Es o debe ser un objetivo irrenunciable y tal como tiene dicho la presidenta Susana Díaz deberían ser las empresas las que pusieran más empeño en ello porque tener trabajadores con sueldos adecuados y sin jornadas abusivas va a favor de una mejor calidad en el servicio y mayor excelencia en el trato a los clientes. Habría que vigilar con mayor ahínco a empresarios y empresas que llegan al sector sin oficio y que buscan el beneficio a toda costa y si es a corto, mejor que mejor.

Tenemos a la vista en la Costa del Sol una ocupación del 80% de media en este verano y con los datos de los primeros meses de este año se determina que hubo un incremento de pernoctaciones del 14,64%, mientras que la variable de empleo creció 9,06 puntos y no siempre empleo de calidad. Gonzalo Fuentes, el líder de CC OO en materia de turismo e histórico luchador por mejorar las condiciones de trabajo en el sector, destacaba el dato negativo de que en el año 2015, los contratos a tiempo parcial subieron en un 31%. Lamentable. Fuentes reflexionaba sobre lo que se juega el sector si no crece en empleo "porque será más que difícil mantener la calidad".

Hoy, precisamente, se presenta en Torremolinos lo que ha representado para el sector los 10 que lleva recorriendo el mundo la marca Andalucía de mano de la Consejería de Turismo de la Junta. Diez años de abrir mercados, de consolidar otros y, sobre todo, de hacer del turismo andaluz y de Andalucía el referente de mayor prestigio y calidad, dentro del sector, actividad promocional liderada por unos profesionales que han sabido hacer su trabajo y hacerlo bien, muy bien. La Junta de Andalucía ha sabido mantener su tensión en apoyo a esta industria pese a recortes y limitaciones presupuestarias impuestas por la crisis, consciente de que esta industria es la que debe ser el motor de la creación rápida de empleo y de calidad en nuestra Comunidad.

Poderosa ha sido la presencia de Andalucía en el mundo entero en estos diez años, supliendo muchas veces la falta de recursos financieros adecuados con atractivas y sugestivas ideas salidas de imaginativas promociones en las que primaba el conocimiento y amor a nuestra tierra, abriendo el abanico con nuevas ofertas, además del sol y playas. Y con un valor añadido que hace que uno se reconcilie con la administración: saber rentabilizar el euro invertido con un valor de retorno importante. Pagar impuestos así no debe causar diarrea, ni mental, ni de la otra; todo lo contrario a tener que ser partícipe obligatorio en la parte proporcional que me corresponda en el pago de 1,4 millones de euros por la caja B del Partido Popular.

Dicho lo cual desconozco qué papel deben tener la administración, los sindicatos y los partidos en el derrame social e indigno del trato dado a una gran parte de los trabajadores del sector turismo. Y tampoco entiendo cómo estando en elecciones a los partidos se les olvida incluir en sus programas esta lucha y otras para mejorar el sector con un turismo sostenible. Estoy con un empresario chiringuitero, de larga e ilusionante trayectoria profesional, cuando me confesaba que ser competitivos, tener trabajadores que son partícipes del negocio y hacer de la calidad y la excelencia su irrenunciable marca, le ha dado presente y futuro.

Lo mismo que Turismo Andaluz, la marca por excelencia.