La verdad, uno no podía creer que el partido republicano USA eligiera como candidato a Donald Trump, aunque su volcado hacia el extremismo ya se produjo alguna vez, como en 1964, cuando nominó a Goldwater, y luego en las elecciones sufrió una derrota estrepitosa. Sin embargo en los tiempos que corren ya no valen pronósticos basados en la estabilidad de las sociedades, porque casi todas las sociedades de Occidente han quedado desestabilizadas por la crisis. Por otra parte es muy posible que en el imaginario colectivo de USA el adversario de referencia siga siendo Rusia, que tiene al frente a su propio Trump, en versión eslavo-zarista. Como Hillary Clinton no deja de ser un producto de la estabilidad social, y encima es mujer (una asignatura aún pendiente en la cabeza del Imperio), ya no hay que descartar nada. La única esperanza razonable es€ (me pongo a pensar y no la atisbo).