«Estimado compañero, estimada compañera, si eres seguidor de la Selección Española de fútbol, podrás disfrutar (al menos eso esperamos) en el Aula Magna del partido que se disputará entre la República Checa y España a partir de las 14.50. De este modo estrenaremos el nuevo servicio del Aula Magna, que ahora también dispone de los canales de televisión por TDT. Un cordial saludo».

Lo que acaba de leer es un correo del decanato de Derecho de la Facultad de Málaga. Y es que, a nadie se le escapa, conviene dirimir si Piqué conculca el Código Civil o si las entradas de los checos a nuestros queridos balompedistas son constitutivas de diurnidad y alevosía, cuando no de un delito de lesiones. No puede decirse que Derecho no utilice y rentabilice sus instalaciones. En esa Aula Magna lo mismo un notable romanista nos ilustra sobre la manumisión que compran palomitas para ver a la Roja y jalear a Iniesta. Falta saber si se permite cruzar apuestas. Apuesto a que no. El fútbol nos iguala a todos, y ahí imaginamos igualados en abrazo de celebración de gol postrero a ujieres, doctores, zurupetos, futuros diplomáticos, civilistas, profesores, alumnos, zotes, doctorandos o aprendices de Stampa Braun, sin que se descarte que en el descanso surgiera una viva y nutritiva tertulia acerca del aforamiento o sobre la necesidad de armonizar el impuesto de sucesiones. Tal vez sobre la indiscutible pericia de Juan Antonio Sagardoy a la hora de redactar artículos del Estatuto de los Trabajadores, en especial alguno que atañe al comer y beber en el laboro.

Con todo, aquí la curiosidad nuestra radica, claro, en si hubo otro correo pero convocando al debate entre Iglesias, Rajoy, Rivera y Sánchez, que eso sí que era una cita (de menos interés, sí) propia de un Aula Magna, incluso de un aula pequeña o de una clase con alumnos.

El fútbol es cuestión de vida o muerte, nos dejó dicho Billy Shankly, aquel entrenador que llevó a lo más alto al Liverpool en los sesenta. En la UMA, es cuestión de vida o clase. No se sabe si en tal Aula Magna se tomaron apuntes. Si acaso, nos quedamos con una frase de Shankly para apuntar. Y enmarcar: «Cuando me aburro miro hacia abajo a ver dónde está el Everton». Cambien Everton por el equipo de sus odios. A Shankly le erigieron una estatua en la que a los pies pone: hizo feliz a la gente. El decano de Derecho quiere hacer felices a los compañeros a base de dar polivalencia a los recintos de la Facultad, que además de tener una magnífica biblioteca jurídica tiene ya TDT, sigla que distingue ya no sólo a los hogares privilegiados, sino también a las facultades con fútbol. El viernes juega de nuevo España. Con Turquía. Es a las nueve de la noche, hora y día que no invitan mucho a estar en una Facultad. Pero acerquémonos todos a disfrutar. Tenemos Derecho al fútbol. Derecho es patriótico. A ver si los turcos tienen el día torcido.