El próximo viernes a las 22, a dos horas de la jornada de reflexión, los dioses han querido que haya en Málaga un festival flamenco que no nos podemos perder. Presentado por el flamencólogo Gonzalo Rojo, tendremos un festival dividido en dos partes y que contará con un aforo de hasta 1.000 personas sentadas. No será necesario recoger entradas.

Con el Teatro Romano, esa joya, como escenario, veremos a Pepe Torres, José de la Tomasa, La Cañeta o Perico el Pañero. Un festival que Málaga se merece y que aunque cumple ya su séptima edición aún debe crecer más, hacerse mayor, tener una fecha fija y consolidarse fuera de la feria. El flamenco es trending topic, como dicen los modernos; el flamenco es cultura, tradición, pero a la vez es turismo, arte y afición.

No se llenará La Rosaleda con un festival flamenco, o sí, quién sabe, pero tampoco hace falta.

Oí hace unos días que los andaluces nos vendemos muy mal porque parece que el arte que hay detrás de muchas de las cosas que nos significan sale solo, y no, no se baila, ni se canta, ni se tiene ange por casualidad. Es arte, pero fruto de mucho trabajo, sacrificio y fuerza de voluntad, eso que parece que nadie tuvo en este país hasta que descubrimos al Nadal del tenis.

El destino ha querido que podamos disfrutar de un quejío o quién sabe si de una jabera, justo antes de la jornada de reflexión. Ese día en el que tenemos 24 horas para decidir a quién votar por fandangos o por bulerías.

Flamenco para reflexionar y sentir el arte que tienen los cantaores más destacados del flamenco puro.

Todo encima del Teatro Romano de Málaga. No se lo pierdan.