La mayoría de las encuestas conocidas hasta ahora dan una horquilla en la abstención entre el 32 y el 36 por ciento. Ahí está la clave para el resultado final del 26 J porque en estos momentos hay un tercio de los electores que se mantienen alejados de las urnas porque no saben a quién votar. Baste recordar que en las pasadas elecciones del 20 D nada menos que el 9% de los votantes decidieron su voto en el mismo día de ir a las urnas. Los errores o aciertos en campaña serán de un alto valor final. Baste recordar el coste en las pasadas elecciones para Ciudadanos con las algunas meteduras de pata de la formación naranja. Tengo entendido que algunos candidatos propensos a irse de la lengua recibieron un freno de mascar como si fueran caballos desbocados. Es una hipérbole, pero sí conozco, por ejemplo, el mensaje transmitido al alcalde de Cádiz y a Diego Cañamero, líder de la CUT, número 1 por Unidos Podemos por Jaén de cuidar formas y maneras. Algo que está haciendo Monereo, el candidato de Unidos Podemos por Córdoba, con la sapiencia que le dan los largos años de militancia en el comunismo más activo, fiel militante bajo el paraguas ideológico de Julio Anguita.

En Andalucía la abstención tiene cinco puntos menos que en el resto del mapa electoral, situándose en el 30%, lo que ha hecho decir a más de un socialista que hablar de sorpasso es no sólo prematuro, sino una osadía. Serán los indecisos quienes digan la última palabra en esta apasionante carrera para saber quién dominará la izquierda. Y una vez más, Andalucía hará valer ser el granero socialista y tener en campaña a Susana Díaz, con mensajes claros y centrados, con el valor añadido de haber ganado todas las elecciones desde que se puso al frente del PSOE andaluz.

Siendo el partido socialista una de las vigas maestras del Estado tal y como tiene escrito Iñaki Gabilondo a muchos socialistas les cuesta digerir que con sus votos puedan aupar al poder a Pablo Iglesias, algo que tendrán que hacer si no quieren que gobierne Rajoy o el resultante más deseado: ponerse las pilas para que sea a la inversa, movilizar a sus votantes y tal y como ha dicho Susana Díaz, «el PSOE es mucho PSOE». Veremos.