Este es el hermoso título de una reciente antología sobre animales (en favor de los animales) que han armado, para la editorial Plaza y Valdés, Ruth Toledano y Marta Navarro García. Vean qué palabras tan significativas han colocado en la contraportada: «Naciendo en otra especie es la respuesta a la violencia, a la vergüenza que supone el dolor infligido a los animales. Quién, si no las y los poetas, lo sentirá con ellos. Y también es la admiración por la diversidad anterior a la crueldad. Qué, si no la poesía, para apreciar esa luz». Casi 50 colaboradores, entre ellos Chantal Maillard, Olvido García, Antonio Gamoneda, Antonio Colinas, Juan Carlos Mestre, Ada Salas, Concha García, Miguel Casado, Ouka Lele o Jorge Riechmann, que hablan de gatos, perros, caballos, monos, rinocerontes, pájaros, ardillas, reses, caimanes, ballenas, cerdos y muchos otros compañeros de existencia, de planeta y de destino. Compañeros que maltratamos sin piedad porque los humanos nos consideramos superiores, especiales, dueños, elegidos, divinos. Y sin darnos cuenta de que ellos, en lo que se refiere a cómo colaborar e integrarse en la naturaleza, que es la razón de ser de cualquiera de nosotros, nos podrían dar muchas lecciones.

En el libro hay poemas extraordinarios por muchos motivos (por su hondura, la experiencia que narra, las palabras que usa, el ritmo, etc.), pero hay uno que pone los pelos de punta. Lo firma Rafael Doctor (historiador de arte, comisario y gestor cultural además de escritor), se titula «Historia anual de los números en España» y se limita a ofrecer un listado de las cifras relacionadas con los animales que se dan a lo largo de un año en nuestro país. Las ofrece desnudas, sin aparato estilístico alguno, para que impacten más y porque hablan por sí solas y porque ante tamaña contundencia la poesía poética, para entendernos, no tiene más remedio que enmudecer. Veamos algunas de ellas (algunos de sus versos): 200.000 perros abandonados, 1.800.000 jabalíes asesinados por placer (el sintagma reiterado es del autor y uno quiere respetarlo para que no se pierda ni un ápice su carácter de denuncia), 1.005.000 venados asesinados por placer, 195.811 corzos asesinados por placer, 27.112 cabras asesinadas por placer, 15.257 rebecos asesinados por placer, 80.982 gamos asesinados por placer, 65.578 muflones asesinados por placer, 14.587.843 codornices asesinadas por placer, 39.908.579 perdices asesinadas por placer, 56.026.016 conejos asesinados por placer, 13.522.860 liebres asesinadas por placer, 5.049.744 tórtolas asesinadas por placer, 688.113 becadas asesinadas por placer, 30.159.206 zorzales asesinados por placer, 1.541.466 palomas torcaces asesinadas por placer, 250.328 córvidos asesinados por placer, 40.000 galgos abandonados o asesinados, 7.742.380 cerdos asesinados (913 cada hora, especifica el autor), 800.000.000 millones de pollos y miles de millones de peces asesinados. Escalofriante, ¿no les parece? En la primera parte de su texto se habla por extenso de los festejos taurinos, que cuesta la vida de más de 30.000 toros al año. He intentado sumar los números anteriores pero en mi calculadora no caben, así que he tenido que cobijarlos en mi corazón, que a punto ha estado de estallar ante datos tan contundentes de la crueldad de los humanos con al resto de las especies vivas.

«Naciendo en otra especie» es un libro necesario y útil: la poesía abre espacios para la convivencia de todos con todos (y de todo con todo) que conviene explorar, respetar y frecuentar para que no se nos olvide tanto que somos hermanos y no jefes tiránicos de los animales. Y que de eso, lo sepamos no, depende casi el resto de los asuntos y problemas de nuestra empobrecida y apagada Tierra.