País endiablado, políticamente, el nuestro. Rivera actúa. Felipe González lo ha celebrado. El resto del PSOE no, claro. Todo parece que empieza ahora. «La vida empieza hoy» se llamaba una película dirigida por Laura Mañá en 2010 en la que mujeres mayores como Pilar Bardem, Rosa María Sarda y Mariana Cordero, entre otras, recibían clases de sexo a su edad. Había en esa historia crítica social, humor y ternura.

El «trío ternura», precisamente, estaba compuesto por tres delincuentes de once años que se movían en el peligroso filo de la favela donde rodó Fernando Meirelles su aclamada película «Ciudad de Dios». Catorce años después Meirelles ha dirigido la ceremonia inaugural de los JJOO de Río. Y en la hoy recuperada favela «Ciudade de Deus», que da nombre a su película y a la novela documental de Paulo Lins en la que se basa, fue atacado anteayer un autobús con periodistas que cubren esta olimpiada brasileña.

La gran mayoría de los actores de Ciudad de Dios no lo eran, en parte porque fue una exigencia de uno de los capos del lugar para no entorpecer el rodaje y procurar seguridad, y en parte para reforzar el realismo de una historia que comenzaba en los años 60, cuando se construyó la favela, y terminaba en los 80. Tampoco muchos de quienes entraron en el Congreso español hace seis meses y ahora, tras las reelecciones del 26 J, eran políticos. La mayoría de quienes actuaron en la película de Meirelles no fueron actores nunca más, y no pocos acabaron mal, su fugaz paso por el cine no les sirvió de mucho en la vida. El alentador eslogan promocional del film en algunos países iberoamericanos decía: «Lucha y nunca sobrevivirás. Corre y nunca escaparás€» Sin embargo, a quienes hemos visto la película nos resulta difícil sacarnos sus rostros de la memoria: Buscapé, el temible Ze pequeño, Bené, Marreco, Dadinho, Angélica€

No sabemos cómo acabarán muchos de los políticos actuales esta, de nuevo, incierta legislatura. Pero por fin sabemos cómo han vuelto a empezar. Hay seis puntos sobre la mesa de negociación y un parlamento atomizado. Si Pedro Sánchez hubiera dado el paso adelante ante Rajoy tras comprobarse los resultados de esta segunda intentona; si lo hubiera hecho por encima de todo, de todos y de alguna, y , me temo, que de sí mismo, la iniciativa habría sido suya: mi abstención cuesta esto, al menos las medidas sociales que fundamentan mi espacio político, y si hay acuerdo en esos mínimos exigibles asumo mi responsabilidad como líder de un partido de Estado (aunque mermado en su protagonismo en el ala izquierda del hemiciclo) para facilitar que haya Gobierno. Pero lo ha hecho Rivera, asumiendo el riesgo de contradecirse a sí mismo respecto a permitir que gobierne Rajoy. Pero un Rajoy refrendado una vez más por más de siete millones de votos. Es así.

Podemos espera y calla. Los nacionalistas siguen a lo suyo. Rajoy ya no podrá escapar de su investidura. Las Olimpiadas continúan en el país del Corcovado. Y por este otro sur la Feria empieza.

Mañana€