El burkini se practicaba en las playas de Europa hace un siglo y menos, incluso por las sufragistas, aunque el gorro era distinto. La prohibición del burkini en alguna playa plantea un dilema difícil a los partidarios del liberalismo laicista: ¿Es más limitativo de los derechos de la mujer prohibir el burkini, imponiéndole la visibilidad del cuerpo, o consentirlo, dejando que el fundamentalismo religioso haga vida entre nosotros? Sobre el asunto puede hacerse un debate o un tratado, pero no habrá conclusión unánime. Sin embargo, hay algunas recetas que todo liberal debería tener presentes (como aquella que, para otras situaciones, dice: donde hay un conflicto insoluble pon una urna). La que vendría al caso sería ésta: si no sabes si es peor prohibir o consentir, no prohibas. Puede que en algunas playas de Europa la orilla se llene de burkinis, pero basta imaginar que estamos en 1916.